Siendo los terroristas, filoterroristas, paraterroristas y gente de semejante ralea unos hijos de siete padres, resulta difícil pensar en que puedan tener algún sentimiento humano. Por eso, cuando Díez Usabiaga alegó que tenía que cuidar a su madre, muchos pensamos que el juez Garzón era (de nuevo) idiota o malvado al concederle el permiso, y no nos sorprendimos lo más mínimo cuando el mentado sujeto ni aparecía por el domicilio materno.
Lo que sí resulta sorprendente (y no debería, pero hay que recordar en qué país nos encontramos) es que la Fiscalía demuestre que posee buen sentido jurídico y solicite el reingreso en prisión del mencionado rufián…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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