El titular de la noticia (Rubalcaba quiere "forzar" que las empresas contraten licenciados) me hizo pensar que estábamos ante el clásico ejemplo de política económica socialista (por llamarle de alguna manera); es decir, el empeño de hacer que la realidad se pliegue a sus ideas, en lugar de adaptar dichas ideas a la realidad (el caso extremo serían los planes quinquenales soviéticos, que ya sabemos cómo terminaron).
Sin embargo, leído el artículo, un par de cosas resultan aprovechables:
- la afirmación del hijo de P. de que es más fácil permanecer en el mercado laboral cuando se está dentro... evidente, por otra parte, porque uno no puede permanecer en un sitio cuando no está en él.
- el reconocimiento de que no sabe cuánto durará la crisis. Al menos, la reconoce, lo que supone un avance respecto a la posición del PZOE en 2.008.
Luego aparecen las típicas perlas demagógicas, como que se ha acabado con la "discriminación intolerable" que hacía que la mayor parte de las mujeres no pudiera estudiar (se acabó hace décadas, aunque algunas, como Pajín y Valenciano, no han aprovechado esa circunstancia), o que hay que poner fin a la "insufrible" discriminación salarial entre hombres y mujeres que todavía se mantiene.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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