Parece ser que los de Democracia real ya no se representan ni a ellos mismos. Una amalgama tal de tendencias dispares que sólo se mantenían unidas por la aversión a la derecha (y no a la clase política en general, como proclamaban: resultó de lo más significativo que tras las elecciones municipales y autonómicas sólo intentaran boicotear tomas de posesión de miembros del Partido Popular) era cuestión de tiempo que comenzara a descomponerse. Aparentemente, el divorcio entre los que mantienen el principio de una organización que no puede ni debe confinarse a los limitados marcos del derecho y aquellos otros que propugnan la constitución de una asociación es un hecho. Genial.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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