Lo peor del gobierno del Partido Popular no
es lo que hace, sino lo que deja de hacer y cómo hace lo que hace. Me explico.
Lo malo de la reforma laboral, por ejemplo, no es la reforma en sí, sino el
hecho de que se quede a medias. Lo malo de la reforma educativa es que, ante
los bufidos de las Comunidades Autónomas, propias y ajenas, el Ministerio
recule y admita rebajar la nota mínima para la concesión de las becas (tema
sobre el que hablaré mañana).
Y lo malo de la reforma del sector público es,
además de que se queda a medias (habría que entrar no con una podadora, sino
con una sierra mecánica), que ahora nos enteramos de que Rajoy va a dejar en manos de las Comunidades la reforma del sector público. Creerse que éstas van a
renunciar a todos sus pesebres es pecar de ingenuidad… o pensar que los
ingenuos somos los españoles.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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