El segundo volumen es más de lo mismo.
Se profundiza un poco más en los orígenes de Morgana, Arturo y demás familia,
aunque tampoco demasiado, porque el lector está casi tan perdido como Lancelot
en cuanto a qué ocurre con esos misteriosos elbos
(todo por no llamarles elfos, supongo, aunque también podría ser un error de
traducción, porque en alguna ocasión sí que se les llama elfos). Y hay algunas
elipsis importantes, porque por más que me esfuerzo no recuerdo la razón de la
enemistad que sir Mandrake siente por Lancelot.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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