La primera novela de la saga creada por George R.R. Martin (esperemos que viva lo bastante para acabarla) es todo lo que ha sido
la primera temporada de la serie de televisión y (con ser ésta buena) más todavía.
Cosa lógica porque, por muy buena que sea una adaptación, el original es, por
lo común, mejor.
Martin combina la novela de espada y brujería (más
espada que brujería, al menos en este primer volumen) con el folletín y una
miríada de personajes que no para de crecer y de los que ninguno está a salvo
de pasar a mejor vida, por muy importante u honorable que pueda parecer.
A pesar de su longitud (unas setecientas cincuenta
páginas), el libro se lee con rapidez. Veremos cómo continúa…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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