La primera novela de la trilogía del mismo título, escrita por Suzanne Collins, es un libro que se lee de manera bastante rápida. A ello
ayuda, además de su extensión (apenas cuatrocientas páginas) y el interlineado
amplio, el ritmo vivo y el hecho de estar narrado en primera persona del
presente, lo que confiere bastante viveza a la narración.
La historia no es absolutamente
novedosa. Ya Stephen King, por ejemplo, trató el tema de un reality show de supervivencia extrema en
novelas como La larga marcha o El fugitivo (curiosamente, ambos
publicados bajo el seudónimo de Richard Bachman). Sin embargo, en estas novelas
no existe la nota de amor adolescente de Los
juegos del hambre, ni tampoco se plantea la posibilidad de derrocar al
despótico gobierno (fascistoide sería
un término quizá acertado si no estuviera tan manido) que organiza las citadas
ordalías.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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