En general, los que se blasonan de ateos son, en realidad, anticristianos y
casi siempre, más específicamente, anticatólicos. Las lindezas que dedican a la
Iglesia Católica, su jerarquía y sus fieles no se la dedican a otras
confesiones religiosas, con la posible excepción del judaísmo, tan aborrecido
por la izmierda en general. Se
menciona la inquisición (que mató a muchos menos de lo que se dice), pero se
olvidan los juicios por brujería tan habituales en países protestantes, se cita
el caso de Galileo, que murió de viejo y en su cama, y no se menciona el de
Miguel Servet, que murió calentito… en la hoguera de la calvinista Ginebra.
Ahora es una institución tan progresoide
(y tan inútil) como la ONU la que se sube al carro: asustada por la reacción de
los fieles de una religión tan pacífica como
el Islam, ha señalado que publicar viñetas satíricas referidas a Mahoma (un
hombre, al fin y al cabo, hasta para los musulmanes) es un abuso de la libertad de expresión. No recuerdo que dijeran nada parecido en todas y cada una de las
ocasiones en que artistas del más
diverso pelaje han hecho befa y mofa de la religión cristiana (cuyo fundador,
para sus fieles, es hombre y Dios).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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