Quizá el puesto de alcaldesa de Madrid no le venga grande a Ana Botella, mujer que, a diferencia de otras en la política (de ala progresoide), tenía una profesión fuera de la política y de ser señora de. Sin embargo, el modo en que está gestionando el Madrid Arena (claro, que contra cualquier alcalde de derechas los retroprogres se habrían lanzado a la yugular exactamente igual; si el retroprogre fuera el alcalde, los maricomplejines se habrían portado más educadamente) hace pensar que la situación le sobrepasa. Y cuando leí la noticia de que había destituido al vicealcalde (o que el vicealcalde había dimitido, porque en esto las noticias fueron contradictorias), lo que pensé es que iba a parecer que estaba cortando cabezas para no tener que entregar la suya… y, al mismo tiempo, quedándose sin personas interpuestas entre ella y el momento de la decapitación definitiva.
Exactamente igual que González y Rodríguez al final de sus respetivos mandatos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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