Tres
mujeres del Partido Popular han presentado propuestas bastante razonables. Por ello,
es más que probable que ninguna salga adelante…
La
primera fue la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. Con el fin de
evitar que la política se convierta en una carrera en sí misma, propuso exigira los cargos políticos haber cotizado previamente (es decir, haber tenido un
empleo) en la Seguridad Social.
Al
día siguiente fue la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la que propuso que los
partidos políticos suprimieran sus secciones de jóvenes (que, la verdad, de juventudes tienen sólo el nombre, puesto
que sus miembros y, en particular, sus dirigentes tienden a eternizarse).
Naturalmente, las Nuevas Generaciones del PP bramaron ante semejante idea.
Finalmente,
la delegada del Gobierno en Madrid pidió a Rajoy que de cumplimiento al mandato
constitucional y apruebe una ley de huelga en esta legislatura. La verdad,
después de treinta y cuatro años ya va siendo hora…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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