lunes, 28 de enero de 2013

Deprimente


Probablemente en toda la Historia no haya habido un solo gobernante auténtica y completamente honesto, alguien que no sintiera apego por el poder y que trabajara sólo en beneficio de los gobernados. Quizá Diocleciano se acercara a este ideal, pero ya sabemos cómo se portó con los cristianos…
Pero el ser humano es imperfecto, y esa imperfección hace que, enfrentado a la tentación, caiga en ella (ya se sabe que el poder corrompe). Lo que no quita para que, ilusos como somos también los humanos, conservemos la esperanza de que al menos los nuestros sean mejores que los otros, incluso en un país como España, cuya clase política no es que se haya caracterizado tradicionalmente por su altura ética (siempre hay excepciones, por supuesto).
Sin embargo, las noticias aparecidas en los últimos días vienen a demostrar que del rey abajo ninguno se libra de pringarse…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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