Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Nunca el refrán español ha sido tan cierto como cuando se aplica al gremio de los titiricejas españoles. Ya ocurrió en el mitin de los Goya, en que una empresaria que en tiempos había anunciado hipotecas clamó contra las mismas envuelta en un lujoso vestido.
Y ahora ocurre con la familia más significada del progretariado cinematográfico, los Bardem. Después de criticar la reforma laboral del Gobierno del Partido Popular, han cerrado uno de sus locales porque no daba suficiente beneficio, echando a la calle a los once trabajadores del mismo. Uno pensaría que una familia tan de izquierdas como esa no montaría un negocio para enriquecerse con él (a propósito, ¿cuánto beneficio es suficiente?), sino para alcanzar alguna elevada finalidad social. No sé, pagar estancias en clínicas privadas de lujo a aquellos que no pueden permitírselo, por ejemplo.
Poco importa que los Bardem no entren a comentar la noticia y la califiquen de memez. Porque, como dicen los italianos, si non e vero, e ben trovato.
Y tan bien contado. Al parecer, el clan de los Bardem no es el bloque monolítico que podría suponerse de una familia de pensamiento afín a lo políticamente correcto. Al parecer fue la hermana, encargada de la gestión de los locales, la que tomó la decisión de realizar un ERE. Y ha sido el resto de la familia la que ha decidido no realizar ese ERE porque, como dicen, resultaría difícilmente defendible al contrastarlo con todas las veces que han salido a la calle a proferir denuestos e improperios contra la reforma laboral del gobierno del PP.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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