No, no me refiero a ningún producto bursátil, sino al modo de actuar de quienes, siguiendo el curioso concepto que de la democracia tiene la extrema izquierda (empezando por Cayo Lara y su hay que conseguir en la calle lo que no podemos conseguir en el Congreso, y terminando por el portavoz de Compromiso que decía que hay que tirar al PP de la política, con los votos o con escopeta), han organizado las algaradas con el pretexto de los desahucios.
Igual que los indignantes sólo (o casi exclusivamente) dirigían sus soflamas contra la derecha, la llamada Plataforma de Afectados por las Hipotecas (que, la verdad, no sé a quién representan, porque yo tengo una hipoteca –no como la voceras que los encabeza, que no la ha tenido en su puñetera vida- que pago religiosamente todos los meses y no me siento en absoluto representado por ellos) emplea sus tácticas de matonismo barriobajero única y exclusivamente contra los políticos del Partido Popular. ¿Dónde estaban todos estos en los no tan lejanos tiempos del Zapaterato, en los que también había desahucios?
Afortunadamente, parece que hay quien los tiene bien puestos en la política española. Curiosamente, se trata de dos mujeres. Una, la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que ha dicho bien claramente que la citada voceras adopta tácticas de kale borroka. Otra, la por tantos otros motivos criticada (por mí) Rosa Díez, que de toda la izquierda ha sido la única en salir en defensa del PP ante el acoso vil (sic) a sus cargos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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