domingo, 26 de agosto de 2012

Y algunos, todavía, le defienden

Resultan bastante graciosos esos revolucionarios de salón que predican la subversión del orden establecido aunque, eso sí, sin dejar de chupar de la teta pública. Lo malo es que cuando estos aprendices de salvapatrias deciden pasar de la teoría a la práctica, lo más frecuente es que se pasen de la raya y acaben cometiendo un delito que, en cualquier país medianamente normal (lo que excluye a España), les enviaría directamente a chirona.
Ejemplo paradigmático de lo que digo es el alcalde comunista (sí, sí, comunista: mucha Izquierda Unida y mucha leche, pero todos sabemos que el partido que corta el bacalao en la coalición de izquierda extrema es el Partido Comunista de España) de Marinaleda, Sánchez Gordillo. Uno ya debería haberse percatado de la hipocresía del individuo cuando tras bramar contra el apoyo al PSOE como resultado de las últimas elecciones autonómicas en Andalucía, ha seguido amarrado al escaño. Que una cosa son los principios, y otra muy distinta el final… del pingüe sueldo que percibe como parlamentario autonómico.
Pues bien, el mencionado prócer no ha tenido mejor idea que entrar en un supermercado de la cadena Mercadona y llevarse unos cuantos carritos (convenientemente llenos de productos de dicho establecimiento, por supuesto) sin pasar por caja. O, mejor dicho, pasando por caja, pero sin pagar. Vamos, lo que en román paladino llaman en mi pueblo (y en el suyo, presumo), lisa y llanamente, robar. Lo que, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en sus dos primeras acepciones, es:
1. tr. Quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno.
2. tr. Tomar para sí lo ajeno, o hurtar de cualquier modo que sea.
Para más inri, el personaje (Robón Hood, han empezado a llamarle) ha anunciado que habrá más asaltos a supermercados y ocupación de tierras y bancos. Mientras, su compinche Llamazares se solidariza con él (aunque no renuncia ni a uno solo de los euros que percibe como diputado), y el vicepresidente del Gobierno andaluz y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas (otro comunista), ha destacado este martes la importancia del "simbolismo" en el asalto a dos supermercados, ya que considera que así ha abierto un "gran debate sobre riqueza y pobreza, una realidad que no se puede obviar". Tampoco se plantea abrirle un expediente. Claro, mientras no le roben a él…
Al menos, el Banco de Alimentos de Andalucía rechazó el botín de Gordillo. El presidente de la ONG recuerda que la donación de alimentos no puede ser "obligada", porque "Eso sería un desastre". No, señor mío: cuando una donación es obligada, como usted dice, es lo que ya he mencionado más arriba: un robo. Por no decir un atraco a mano armada.
Y mientras, estos revolucionarios de pacotilla se dedican a disfrutar de las instalaciones de un hotel de lujo (no, si mal gusto no tienen, los cabrones...), y Guillermito Toledo se une a la marcha. Debe ser que el citado hotel le recuerda el humilde barrio de El Viso, donde nació y se crió ese mamarracho...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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