miércoles, 31 de enero de 2018

Panda de sinvergüenzas

Una de las cosas que tienen en común paleocom y neocom es que sus miembros son, en general, una panda de sinvergüenzas. Con ello no quiero decir que sean unos bribones o unos pícaros (primera acepción del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua), ni que cometan actos ilegales en provecho propio, o que incurran en inmoralidades (segunda acepción), sino que exhiben una enorme desfachatez (tercera acepción).
En efecto, son capaces de soltar las mayores tonterías con toda la seriedad del mundo, como si de verdad se las creyeran o como si pensaran que con lo que dicen van a convencernos. Y desde Marx y Engels hasta el último mico neocom, pasando por el gorila rojo, ha sido una constante en la gente de esa ideología.
Hace veinte días tuvimos un ejemplo palmario de lo que acabo de decir. Preguntada sobre la pertinencia de haber encargado informes (a entidades afines, pero esa es otra historia) sobre el impacto de género (qué manía con llamar género a lo que no es sino sexo) en el soterramiento de la M-30, Rita Maestripper afirmó, tan seria ella, que por supuesto que dicho impacto se produjo. A su vez, interrogado sobre el particular, el hermano del enterrador de los paleocom justificó el citado informe a través de su cuenta en Twitter, señalando, en primer lugar, que la movilidad urbana de los hombres es distinta a la que realizan las mujeres (sin especificar si dicha diferencia se produce en todos los estratos sociales o sólo en algunos), para lo que puso dos ejemplos concretos, como que las mujeres usan más el transporte público que los hombres y dicha obra favoreció el transporte privado, afectando de forma distinta a uno y otro sexo, o que el soterramiento provocó importantes niveles de contaminación acústica, perjudicando más a las mujeres, que pasan más tiempo en el hogar. Cabe suponer que en este último caso se refería a las mujeres de las clases más humildes, porque las de las clases acomodadas, como todo buen comunista sabe, tienen servicio para encargarse de las molestas tareas del hogar.
Por cierto, vivía por la zona del soterramiento cuando éste se produjo y nunca percibí esos importantes niveles de lo que llaman contaminación acústica (los que no usamos un lenguaje tan mariconeti lo llamamos simplemente ruido). A lo mejor es porque soy tío y, consecuentemente, mi sensibilidad auditiva es muy inferior a la del bello sexo (salvo que hablemos de nacionalistas vascas o catalanas, en cuyo caso de bello sólo tienen el vello).
Por todo ello, según Garzón, este tipo de informes, cuyo coste se eleva a decenas de miles de euros, sirven [de] mucho. No aclaró a quiénes, pero nos lo suponemos con facilidad: a sus amiguetes.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

martes, 30 de enero de 2018

Como cabras


La verdad, no sé cómo interpretar la última ocurrencia de Cocomocho. Resulta que, antes de que se suspendiera el pleno de investidura, el huido dejó caer la posibilidad de aparecer en el susodicho pleno, al tiempo que exigía al presidente de la asamblea legislativa regional que le amparara, de modo que no le detuvieran si aparece.
Y digo que no sé cómo interpretarlo porque no sé si es que piensa que la inmunidad parlamentaria es esto, o bien que se cree por encima de la Ley, o que se le ha ido definitivamente la perola, o que echa de menos comer escargots (que, personalmente, considero perfectamente prescindibles), o qué se yo.
El caso es que, mientras esto sucedía dentro de la cámara o allende nuestras fronteras, los secesionistas montaban una algarada, se saltaban el cordón policial (aunque ya sabemos la contundencia con la que se desempeña la policía regional cuando los que tienen enfrente son secesionistas) y se concentraban ante la sede de la asamblea. Esa pacífica concentración afrentaba con gritos de fascista a la cabeza de la formación más votada en las pasadas elecciones regionales, mientras que los partidarios del prófugo del peinado inefable se enfurecían por el anuncio del presidente de la asamblea (la intramuros, no la extramuros).
Lo dicho, aquello sigue siendo una casa de orates.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

Mentís, bellacos

Una de las matracas con la que los golpistas catalanes han martilleado es que el violento y opresor Estado español ha impedido que los catalanes manifiesten libre y pacíficamente su voluntad. Como en tantas ocasiones, nada más lejos de la realidad.
Son los secesionistas los que llevan años, si no décadas, fusilando en efigie a los que no piensan como ellos, sea en sedicentes fiestas populares, sea en programas pretendidamente humorísticos. En uno y otro caso, nada curiosamente, jamás se ha aproximado siquiera a rozarles un pelo a los políticos de su cuerda.
Fueron también los secesionistas, sección Clicks Unidos de Playmobil los que cercaron la sede de la asamblea legislativa regional, no hace tanto. No mucho después, parte de los cercados se arrojó en brazos de sus recientes sitiadores.
Han sido los secesionistas los que han fingido lesiones y agresiones recibidas, para, a los pocos días, acabar reconociendo que todo era una vulgar patraña. Si los ochocientos heridos largos que los golpistas proclamaban que se habían producido el aniversario de la proclamación de Francisco Franco como Caudillo de España fueran reales, los poderes taumatúrgicos de los golpistas superarían a los de cualquier otro ser humano, puesto que apenas ninguno de esos heridos tuvo que ser atendido en centro sanitario alguno.
Y son los Comités de Defensa de la República –cuyas iniciales, no por casualidad probablemente, coinciden con la de los castristas Comités de Defensa de la Revolución- los que están siendo investigados por la policía por organizar incidentes de violencia y actividades coercitivas. Coerción que se está intentando aplicar sobre los jueces que llevan el proceso en cuestión.
Así pues, pregunto (retóricamente, por supuesto) ¿quiénes son aquí los violentos y los opresores?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

lunes, 29 de enero de 2018

Ay, los idiomas…


Precisamente ayer hablaba sobre la conveniencia o no de preservar lenguas que, aunque en términos absolutos tienen la misma importancia que cualquier otra, en términos relativos no pasar de ser variedades locales que sólo con respiración asistida son capaces de sobrevivir. Como, aunque no lo mencionara ayer, el vascuence. Porque, vamos a ver, ¿qué origen eusquérico puede tener la palabra aeroportúa? La leyenda urbana dice que, en puro vascuence, el vocablo equivalente sería algo así como aizekaia, con lo que, si se acentúa en la última i, sonaría francamente mal para cualquiera que se aproximara al lugar por cualquier medio que no implicara mantenerse en contacto con el suelo.
Y hoy toca hablar de un tema en cierto modo relacionado con el anterior, como es el escaso, por no decir nulo, dominio de los idiomas (los propios y los ajenos) por parte de la mayoría de la población española: precisamente, uno de los comentarios que más suelo hacer es pero qué mal habla/escribe este tío (o tía). Precisamente ayer leía, en el dominical del diario El Mundo, en una entrevista a un arquitecto octogenario cuyo nombre no voy a buscar pero que está relacionado con el Talgo, cómo la periodista hablaba, a propósito de la reforma de la Gran Vía de Madrid, de socavar el tráfico rodado y el aparcamiento de la zona. Dado que, según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, socavar es, en una primera acepción, excavar algo por debajo, dejándolo en falso, y en la segunda debilitar algo o a alguien, especialmente en el aspecto moral, habrá que concluir que, salvo que lo que se pretenda implicar es que el obejtivo es debilitar el tráfico y el aparcamiento, lo que la periodista debería haber puesto, para expresarse con propiedad, es que se trataba de soterrar, ya que este verbo significa enterrar en el sentido de poner debajo de tierra.
Esto, por lo que hace al idioma de Cervantes. Vamos ahora con el del bardo de Stratford-upon-Avon, en su traslación a la lengua de Nebrija. Resulta en la versión web del antedicho diario (El Mundo) hay una sección dedicada a las imágenes del día, generalmente enfocada a lo que podríamos llamar crónica rosa. Hace un par de semanas se señalaba que el protagonista de la trilogía Cincuenta sombras, recordando la época en la que se dedicaba a cantar, habría grabado una portada del éxito de Paul McCartney Maybe I'm Amazed para la banda sonora de Cincuenta sombras liberadas. Y no lo decían una vez, sino dos.
Evidentemente, lo que había grabado el cantante devenido actor no era una portada, sino una versión. Ocurre que, en inglés, ambos términos se designan con la misma palabra, cover. Suele decirse (por los que comentan los gazapos de semejante calibre) que ya están los becarios otra vez ocupándose de las tareas de los profesionales. No creo que esto ocurra, o que ocurra siempre. Lo que sí ocurre es que se confía mucho en la tecnología (los traductores automáticos) y, desde luego, nadie se molesta en revisar el trabajo realizado.
Y es que cuatro ojos ven más que dos… sobre todo cuando los dos primeros están cerrados.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

domingo, 28 de enero de 2018

Bla ble bli

Vaya por delante que entiendo el valor de toda lengua –de cualquier lengua- como un depósito cultural, y que la pérdida de la misma supone un daño irreemplazable al acervo del conocimiento humano. Pero entre eso y lo que voy a comentar media un abismo.
Subidos al carro de las reclamaciones identitarias, han surgido en Asturias gentes que defienden que el bable debería establecerse como idioma cooficial en el principado, y que su coste rondaría los seis o siete millones de euros al año; una cantidad que ni usted ni yo, estoy seguro ganamos todos los meses. Aunque creo que la dificultad de entender a un bableparlante sería similar a la de un gallego parlante –idioma cuya peculiaridad parece residir en no decir ni sí ni no sino todo lo contrario, y en convertir todos los pronombres en enclíticos-, estudios más serios demuestran que la cooficialidad del bable costaría diez veces más de lo que afirman sus defensores: el coste total estaría entre los sesenta y nueve con dos y los setenta y tres con uno millones de euros.
Porque, volviendo al comienzo de la entrada, si nos empeñáramos en defender el uso de todos y cada uno de los idiomas que en el mundo han sido, seguiríamos hablando todos en latín. O en vascuence que, como todo el mundo sabe, es el idioma que hablaban nuestros primeros padres.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

sábado, 27 de enero de 2018

Vaya mimbres para un cesto

Hace unos días mencioné la comparecencia de Rodrigo Rato en el Congreso de los Diputados para declarar ante la comisión relativa a la crisis que sufrió España a finales de la década pasada y principios de la actual, y la actitud entre chulesca y retadora que mantuvo el antiguo ministro.
De Rato se podrán decir muchas cosas: que si es un chulo, que si es un embustero, que si es un corrupto… lo que no se podrá decir nunca es que se ha comportado, en su comparecencia como lo hicieron sus sucesores en el cargo, los socialistas Pedro Solbes y Elena Salgado, o como lo hizo el ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (nada curiosamente también socialista). Lo único que puedo decir de los tres socialistas es que sus declaraciones se me antojan, para ser suaves, vomitivas.
Habrá quien diga que soy un sectario, que les tengo inquina o que no soy imparcial. Admito todos esos reproches, pero no me voy a bajar de la burra en lo referente al tema. Y es, entre otras cosas, porque creo que los hechos apoyan mi postura.
Pedro Solbes, que ya timoneó el barco de la economía española durante la crisis de los noventa –y lo hizo de manera harto mejorable-, había sido prácticamente todo cuando Rodríguez le llamó para que se ocupara de la misma cartera en el gobierno surgido del 11 M. Conocidos míos que conocen al ministro dicen que no pudo negarse; desde mi punto de vista, cuando alguien no quiere hacer algo, no lo hace y punto; y más cuando, como he dicho, se está de vuelta de todo.
Durante la crisis, Solbes no hizo nada, o no le dejaron hacer nada (precisemos: no le dejó hacer nada un sujeto que toda la economía que sabía la había aprendido en dos tardes). Digo mal, porque hizo una cosa: negar, ante todos los españoles (en el debate televisado con Manuel Pizarro antes de las elecciones de 2.008) que hubiera crisis. Ahora, diez años después, parece haberse caído del caballo como san Pablo camino de Damasco y haber visto la luz, porque el muy desgraciado dice que el gobierno de zETAp debió ser más valiente para frenar la burbuja. Como diría Supetramp, ¿crisis?¿Qué crisis? ¿Esa que negaste ante las cámaras?
Lo de Elena Salgado tampoco tiene perdón de Dios. Solbes, mal que bien (más mal que bien visto lo visto), es economista (esa gente que mañana te dirá por qué no ha ocurrido hoy lo que ayer dijo que pasaría) con experiencia en la materia (experiencia a nuestra costa); Salgado, soprendentemente, también es economista (quiero decir, licenciada en Económicas), aunque el primer título que aparece en su currículo es el de ingeniera industrial; en cuanto a su experiencia, más bien reducida, y para nada en una situación como esta: lo de poner al grumete a cargo del barco en medio de un temporal sólo sale bien en Un capitán de quince años, y pare usted de contar.
Bueno, pues la señora sacó a colación a los discapacitados para justificar los trece mil millones de euros del malhadado Plan E. Y digo lo de malhadado con conocimiento de causa, porque he visto en qué tipo de contratos se vertió a manos llenas semejante caudal de dinero. Caudal que no sirvió para nada; para nada bueno, nada de interés general, quiero decir.
Con estos dos elementos, no es de extrañar que estuviéramos en un tris de tener que ser intervenidos. Si hubieran seguido, u otros de su ralea, lo habríamos sido. Estoy tan convencido de ello como de que, si los socialistas (los actuales, al menos) vuelven al poder, España volverá a asomarse al abismo económico.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

viernes, 26 de enero de 2018

Cría cuervos

Los secesionistas catalanes son, entre otras muchas cosas, profundamente liberticidas. No permiten a la gente elegir en qué lengua hablar, en qué idioma enseñar a sus hijos o cómo rotular sus establecimientos. Y, además, tampoco quieren permitir a la gente expresar libremente sus opiniones.
Por ello crearon, ya hace tiempo, el llamado Consejo Audiovisual de Cataluña, más conocido por sus siglas, CAC, con el objetivo de velar por que los medios de comunicación comunicaran lo que tenían que comunicar (en opinión de los secesionistas, claro), y no otra cosa distinta.
El CAC rápidamente se dirigió contra los medios desafectos, en aquella época principalmente la COPE. Luego, su perfil bajó o, al menos, no salía tanto en las noticias. Hasta ahora, en una noticia que no deja de tener su gracia… al menos, para mí.
Resulta que el huido ex presidente (o, hablando con propiedad y un poco de misericordia, presidente en funciones) del consejo de gobierno de Cataluña, negándose a aceptar la realidad, dirigió un discursito de fin de año a sus conciudadanos (no a los bruselenses, sino a los catalanes), que fue oportunamente retransmitido por la oficina de propaganda y adoctrinamiento separatista; es decir, por TV3. Pero hete aquí que un grupo de periodistas catalanes, que no reconocen a Cocomocho como presidente de Cataluña, han denunciado la emisión del discurso en la televisión pública catalana... y han presentado la denuncia, precisamente, ante el CAC.
No creo que pase nada, pero la cosa es, cuando menos, irónica.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

jueves, 25 de enero de 2018

Y eso que quedan los que quedan…

Aunque durante la carrera se me dieron muy bien los dos cursos de Derecho político, no fue hasta tocar esa materia en la oposición que me di cuenta de lo francamente mejorable que era nuestra vigente norma suprema del ordenamiento jurídico, la Constitución de 1.978.
Por lo visto, los redactores de la norma tuvieron dos opciones, dos modelos a que acogerse. Y al que se acogieron fue al antiguo –suele decirse que una de las grandes influencias fue la Ley Fundamental de Bonn-, no al moderno (que nunca he sabido cuál es), con lo que, en lugar de elaborar la primera de un tipo de constituciones, pergeñaron la última de otro.
La Constitución tiene muchos defectos, desde llamar castellano al español hasta diferenciar entre nacionalidades y regiones. Sin embargo, es lo que es, la norma suprema (Derecho europeo aparte), y por lo tanto ha de obedecerse y acatarse, aunque a uno no le guste.
Como a los socialistas, por ejemplo, que cada cierto tiempo vuelven con la matraca de la reforma constitucional. Y la razón principal por la que insisten en el tema, en mi opinión, es porque quieren pillar cacho, tocar poder y, a ser posible, eternizarse en el mismo. Y para ello necesitan la ayuda de los partidos regionales, a los que consideran (o supongo que eso quieren creer) que pueden contentar con modificaciones por aquí y por allá, que suelen resumirse en eso que llaman federalismo (asimétrico o del otro). No han aprendido que esos nunca se sacian, nunca están contentos, nunca tienen suficiente.
Hace poco, los padres de la Constitución que siguen vivos (dos de los cuales son, directamente, unos impresentables) pasaron por el Congreso de los Diputados para dar su opinión sobre la reforma de la Constitución. Uno de ellos, Herrero de Miñón, rebajó las expectativas de reforma constitucional del PSOE. Y que lo haga precisamente ése, que es un mercenario de la peor especie, y resentido además, ya es significativo.
En cuanto a por qué en toda la entrada no he empleado el término Carta Magna, que suele usarse como sinónimo de Constitución… pues porque no me ha dado la gana y porque, además, creo que no es ajustado.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

miércoles, 24 de enero de 2018

Cucomocho

Hace un par de días se pusieron a jugar al a ver quién es más listo entre Cocomocho y la Justicia española.
El primero no hacía más que amagar con salir de Bélgica rumbo a Copenhague para dar una conferencia, expresando su temor (por boca de su abogado) de que la malvada (el adjetivo es mío) España ordenara su detención. En esa estaban algunos, como el Ministerio fiscal, que pedían la reactivación de la euroorden para echarle el guante al prófugo.
Sin embargo, el juez encargado del caso decidió que lo que quería el del corte de pelo inefable era, precisamente, provocar su detención para así poder delegar su voto en la sesión de investidura (al tiempo, supongo yo, que hacerse el mártir, lo que nunca viene mal de cara a su parroquia), por lo que descartó reactivar la orden de detención.
Mientras, en Barcelona, el recién elegido presidente de la asamblea legislativa regional ha propuesto a Cocomocho como candidato a presidir el consejo de gobierno regional. Y en Dinamarca, al propuesto le daban para el pelo cuando, tras equiparar a Rajoy con Franco (aviado estaría el catalán si don Francisco rigiera los destinos de la Patria) y cargar contra la Unión Europea, una profesora danesa le dio para el pelo (Dios, sí que es fácil hacer chistes a costa de este hombre) al preguntarle si pequeños países basados en una uniformidad homogénea (o, como dice el titular, ¿Están intentando hacer una limpieza étnica?) es lo mejor para Europa.
Ha conseguido, al menos, lo que su predecesor no consiguió: repercusión internacional. Aunque sea a costa de hacer el ridículo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

martes, 23 de enero de 2018

Lo que hace medio palito

Aunque parezca mentira, yo no siempre he detestado a la sección de balompié del Fútbol Club Barcelona. No, de hecho, el equipo que concitaba mi animadversión era el Real Madrid. De hecho, si el equipo de mis amores es el Español, no es sólo porque me gustara su nombre, sino porque era –y sigue siendo- el que le ha propinado la mayor paliza de su historia a la escuadra merengue.
No, la animadversión por los culés apareció en los años noventa y, curiosamente, en algo relacionado con la sección de baloncesto, por lo demás bastante más comedida que su contrapartida futbolera. En un partido contra los madridistas, la hinchada se puso a corear Sabonis, hijo de puta, y aquello me sentó fatal. Podría entender que lo hicieran de Drazen Petrovic, que era un verdadero capullo dentro de la cancha, pero no del pivot lituano.
Con esa base, cualquier actuación vituperable de los culés –desde no jugar una semifinal de la Copa de Su Majestad el Rey hasta tirar una cabeza de cerdo al campo- no hacía sino aumentar mi rechazo hacia ellos. En aquella época fue cuando más disfruté porque, clasificados año tras año para la sedicente Liga de Campeones, eran indefectiblemente eliminados en la fase de grupos, con lo que pasaban a jugar la Copa de Europa… donde eran eliminados de nuevo.
A pesar de todo lo anterior, cuando el Barcelona ganó la primera liga de la etapa Guardiola, felicité de corazón a mis conocidos culés (alguno tengo; se entiende que felicité a los que aprecio, no a aquellos otros a los que no puedo ni ver), alabando el buen juego del equipo rojiazul. Pero una y no más, santo Tomás: empezó entonces la fase del lloriqueo, del favoritismo arbitral (si su juego era tan superior como decían, y lo era en efecto, ¿a santo de qué el beneplácito de los trencillas para con sus faltas y el castigo a los rivales?), de la prepotencia de la nuestra es la única manera correcta de jugar al fútbol y del posicionamiento cada vez más descarado con las posturas secesionistas. Desde entonces, a la Farça ni agua.
Siempre he dicho que Guardiola es el técnico más sobrevalorado de la historia del fútbol, al menos de la reciente. No inventó el sistema (ese mérito es, al alimón, de Cruyff y Luis Aragonés), y tuvo la inmensa suerte de contar con una generación excepcional de la cantera, además de con un jugador (el enano hormonado) capaz, él solito, de ganar un partido, o casi (porque con su selección nacional sigue sin comerse un colín).
En ese equipo hay varios bocas, pero uno de ellos se lleva la palma: Gerardo Piqué. Hace uno o dos años dijo que cuando el Madrid tiene un año malo, tiran de talonario para fichar a los jugadores que haga falta, mientras que en el Barcelona impera otra filosofía y prefieren tirar de la cantera. Pero cuando la cantera no da más de sí, el Barcelona hace lo que los demás, y tira de cartera: tanto, que con lo que lleva en fichajes este año se podría haber comprado, completita, la plantilla del Real Madrid, que no es precisamente barata.
Lo que hace quitar un palito a la ene (n) y que se convierta en una erre (r)…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

lunes, 22 de enero de 2018

Catetonia

Teníamos bastante claro lo que pensaban –lo que piensan- los golpistas catalanes del ordenamiento jurídico: no del español, o el europeo, o incluso de cualquier ordenamiento jurídico en general. Ley es aquello que les conviene en cada momento, aunque al momento siguiente les convenga pasármela por el arco del triunfo, cosa que harán sin el menor sonrojo.
Pero una cosa es hacer las cosas, y otra anunciarlo con toda la desfachatez del mundo. Y esto último es lo que ha ocurrido con el recién elegido presidente de la asamblea legislativa regional catalana, que ha anunciado su deseo de visitar a los políticos presos –aunque se empeñe en llamarles presos políticos, lo que muestra bien a las claras de qué pie cojea el andoba- y que no descarta la investidura telemática de Cocomocho. Textualmente, lo que ha dicho es que los letrados [de la cámara] harán sus aportaciones, que leerá con atención, como siempre. Pero al final la decisión la deberá tomar la Mesa. Es decir, que en Cataluña, por encima de la Ley, de la costumbre y de los principios generales del Derecho, como fuente normativa se encuentra el escroto de los golpistas.
Y mientras, el devorador de mejillones dice que entre presidiario y presidente, prefiere ser presidente. ¡Toma, y quién no! Pero en un estado de Derecho, el que la hace, la paga.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

domingo, 21 de enero de 2018

Matar al mensajero

Los políticos, en general, tienden a culpar de sus desgracias (electorales) a los demás. Alfonso Guerra, a finales de los setenta, dijo, cuando el PSOE no consiguió los resultados que esperaban, que España se había equivocado.
Es decir, el problema no era de ellos (los socialistas), su mensaje, su programa, la forma de transmitirlo… no, el problema era que los españoles no habían votado a quienes (según ellos, claro) debían haber votado.
Cuarenta años después, las cosas no han cambiado gran cosa en la izquierda o, al menos, en cierta izquierda. El hundimiento neocom en las elecciones regionales catalanas (y el que vaticinan las encuestas) no se debe a su programa demencial, ni a su coqueteo ambiguo con los golpistas, ni a su desprecio a los símbolos patrios, ni a su prepotencia chulesca, ni a su nepotismo machista, ni a su inepcia gestora. No, el paralítico argentino, trasplantado de las orillas del Río de la Plata a las del Ebro, ha dado con los verdaderos culpables de todos esos desastres: es la canallesca, la prensa, los medios de comunicación.
Nihil novo sub sole, por lo tanto. Ni aunque el sol sea rojo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

sábado, 20 de enero de 2018

Tabarnia, patria querida


Lo que más molesta a la gente es que no te la tomes en serio. No que hagas chistes a su costa, porque eso lo hace cualquiera –aunque el sedicente chiste no tenga maldita la gracia, como en el caso de llamar mala puta (o expresión similar, ahora no la recuerdo y no me apetece ir a mirarlo) a Inés Arrimadas o hacer escarnio de las víctimas de ETA o de la Shoah-, sino exponer al aire sus vergüenzas de modo que queden en ridículo.
Y eso es lo que han hecho los promotores de la iniciativa de Tabarnia con los golpistas catalanes, aplicarles una razón de su propia medicina: Cataluña les roba, Tabarnia exige el derecho a decidir, los tabarneses exhiben su bandera, su presidente en el exilio es un payaso (y a mucha honra)… Pero es que, además, la cosa no es sólo que les ponga de los nervios, sino que les deja en evidencia allende nuestras fronteras (y bastante cerca de donde Cocomocho se dedica a comer mejillones y decir sandeces). En efecto, la prensa belga y neerlandesa ponen de manifiesto que Cataluña no ha logrado todavía la independencia y Tabarnia ya quiere separarse de ellos.
Otro efecto colateral ha sido el que los cómplices de los golpistas quedan en evidencia. Porque Junior, cuando le preguntaron sobre el tema (el de Tabarnia, no el del consumo de moluscos bivalvos en Bruselas) dijo que era una tomadura de pelo y un circo. Reacción lógica en quien hace de la política una cosa seria: es serio llevarse al bebé a la sesión de constitución de la cámara, es serio darse un morreo con otro compadre, es serio nombrar portavoz del grupo a la mujer con la que presuntamente te acuestas…
En cambio, no le vendría nada mal que le tomaran el pelo. Literalmente.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

viernes, 19 de enero de 2018

No da Mas de sí

Aficionado como soy a emplear en este blog metáforas, circunloquios, perífrasis y, en general, todo recurso estilístico que me permita decir con diez palabras lo que podría decir con solo una o dos, lo más fácil habría sido titular esta entrada con algo como otra rata abandona el barco que se hunde.
El problema es que el barco no es que se esté hundiendo, es que prácticamente está descansando en el fondo de la fosa de las Marianas (o, como dicen en Transformers, en la fosa Laurentina). En apenas dos años, del partido que lo fue casi todo en Cataluña durante tres décadas largas ya no queda casi nada. Primero, se deshizo del apéndice que, la verdad, no se sabe demasiado bien para qué servía, puesto que, una vez estirpado, el apéndice se disolvió en la nada más rápido que un azucarillo en un vaso de leche caliente.
Luego, se cambiaron el nombre, añadiendo a la ofensa la mentira, porque ¡mira que llamarse demócratas de Cataluña! Apeado del poder por los Clicks Unidos de Playmobil, colocaron en la poltrona a un relativamente desconocido don nadie que, una vez encaramado al balcón de la plaza de San Jaime se lio la manta a la cabeza y pisó el acelerador de proceso de un modo que ya querría Fernando Alonso en los grandes premios de la Fórmula 1 de las últimas temporadas.
Con el nombre cambiado se integraron en una coalición con el partido del estrábico con sobrepeso, coalición que acabó como el rosario de la aurora, ya que ambos líderes reclamaban para sí el mérito de estar sufriendo por la causa más que cualquier otro. Convocadas nuevas elecciones, el (nuevo) mesías Cocomocho pasó olímpicamente de su partido y creó una formación que giraba exclusivamente en torno a él. Y la cosa no le salió del todo mal, ya que, si bien superó por los pelos en votos a su antiguo compañero de coalición, en escaños consiguió la primogenitura… de los secesionistas: por primera vez, un partido netamente españolista (el PSOE nunca lo ha sido) era el ganador de los comicios regionales.
Toda esta parrafada (esto sí que es una perífrasis y un circunloquio) es para decir que Arturito Menos ha abandonado la presidencia de los pedecatos. Según él, para concentrarse en su defensa (la de él, no la de ellos) en los procesos judiciales que tiene abiertos… y los que se le abrirán.
Si Cocomocho alguna vez vuelve y hace lo mismo, pronto el partido parecerá un pollo corriendo sin cabeza…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

jueves, 18 de enero de 2018

De perdidos, al río

Los políticos de uno y otro pelaje, en general, mientras que atacan con saña furibunda a los de la bancada de enfrente tienden a proteger o disculpar a los de su propio rebaño, en tanto el presunto responsable de las conductas reprobables mantiene su boca cerrada.
Esto ocurrió, por ejemplo, con Luis Roldán, que a pesar de amenazar tantas veces con tirar de la manta que la pobre manta habría acabado desgarrada, nunca llegó a hacerlo o, en todo caso, nunca lo hizo del todo. Y así le va: cuando salió de la cárcel en 2.010 (según Wikipedia), apenas un quince por ciento de lo que se supone que arrambló había sido recuperado. El resto está, como suele decirse, en paradero desconocido.
Parecido caso fue el de Rodrigo Rato, que fuera ministro de Economía, director del Fondo Monetario Internacional y director de Caja Madrid / Bankia. Acusado de diversos delitos que cabría encuadrar bajo la denominación genérica de corrupción y falsedad en relación con la salida a Bolsa de Bankia, fue detenido con gran repercusión mediática (el paralelismo con el caso de Mariano Rubio es indudable en lo que a este último aspecto se refiere) y, posteriormente, acusado de blanquero de capitales y corrupción. Una joyita, vamos.
A pesar de todo, mantuvo (más o menos) silencio hasta hasta diez días, en que con ocasión de su comparecencia en la comisión de investigación sobre la crisis financiera empezó, como se dice, a disparar contra todo lo que se menea: acusó al actual ministro de Economía de empujar a la quiebra a Bankia para beneficiar a sus competidores, al gobierno del PP de organizar su caída para situarle como chivo expiatorio de la corrupción y de nuevo a De Guindos de la fuga de depósitos que hundió al sector financiero español y provocó el rescate… rescate que, según él, fue solicitado como económico y bancario, pero que sólo se consiguió el segundo de ellos.
Lo malo es que, aunque diga la verdad, hay dos problemas: uno, que respira por la herida; y dos, que ha mentido tantas veces que a ver quién le cree ahora, salvo por intereses partidistas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

miércoles, 17 de enero de 2018

Hablemos un poco de uno mismo

Tengo configurado el blog de modo que, cuando hay algún comentario, me avise con un correo electrónico. No es que eso suponga una enorme molestia, porque el número de comentarios que recibo tirando a exiguo, para ser misericordiosos. Quizá una docena en todo el tiempo que llevo escribiendo, así que no es que mi bandeja de entrada se vaya a resentir por ello.
Pero hete aquí que la epifanía del Señor, día arriba, día abajo, trajo una agradable sorpresa doble. Para empezar, un tal Anónimo me dejó el siguiente comentario:
Hola. He descubierto tu blog hace unas semanas. Muy divertido.Alegra ver que todavía hay gente con algo de sentido común.Gracias.
Y luego, otro Anónimo, ignoro si el mismo o un tocayo, me informaba de que me habían citado en otro blog. Ni corto ni perezoso pinché en el enlace y me encontré con una entrada que comenzaba (dejando aparte la felicitación de año nuevo) como sigue:
Hace unos días dí con un blog bastante interesante que recomiendo encarecidamente: "Cronicas desde el Octavo Pueblo". Está escrito por un caballero lleno de sentido común. Son entradas cortas, que se leen de un tirón. Ultimamente, considerando los ridículos acontecimientos protagonizados por los payasos de los independentistas catalanes y sus económicamente suicidas mamporreros seguidores, se ha centrado bastante en el barullo de estos Catetonios, pero también suele atizar bastante a los porremitas (a los que denomina "neo-com") y a su apestoso lider koletario (al que llama "Junior")... lo cual no es difícil, dado el número de falsedades por segundo que estos "recordmen" del embuste logran proferir.Buen blog, en definitiva, para echarse unas risas a costa de toda esta gentuza y de los personajillos que -como nuestro amigo leftard de referencia, Rafalelo- los siguen y admiran. Una sola entrada de "Crónicas desde el Octavo Pueblo" tiene más solidez intelectual, honestidad y análisis preciso de la realidad, que cien posts de Rafalerdo.
Como es de bien nacido ser agradecido, me apresuré a dejarle un comentario ante tan inmerecidos elogios, comentario que unos pocos días después recibió la siguiente contestación en forma de comentario en mi blog:
Buenos días. Soy su camarada del blog "Las Sandeces de...". Recibidos sus saludos, que agradezco.Sólo desearle ánimo para seguir. Como decía, es agradable echarse unas risas gracias a que alguien sabe, por una vez, emplear el sentido común.El futuro pinta negro, pero es posible que consigamos que al menos algún alma descarriada vuelva al redil. Algo es algo.Un saludo.
Para no convertir esto en una cadena interminable de agradecimientos y contra agradecimientos, no respondí… hasta ahora, que dedico esta entrada a responder y, ya de paso, explicar algunas circunstancias del blog y de su autor.
Para empezar, cualquiera que me conozca sabrá que, una vez me lanzo a algo (y el escribir en este blog está más que lanzado) no necesito demasiados ánimos (aunque se agradecen). Ánimo sí que necesita él, porque sólo me he leído en diagonal algunas de sus entradas y de las del criticado Rafael Silva y para aguantar semejante mejunje neocom de la peor especie sí que hace falta cuajo.
Dicho lo cual, aprovecho para explayarme un poco sobre mí, un tema que, como podrá fácilmente comprenderse, no me resulta resagradable.
Soy español, católico, de derechas y rondo el medio siglo (por debajo, todavía). Tengo, por lo tanto, edad suficiente para recordar la noticia de la muerte del payaso Fofó y a Arias Navarro diciendo aquello de Españoles, Franco ha muerto. Cuando era más joven (más niño, realmente) sentía una cierta simpatía por los socialistas, pero las palabras de un compañero de colegio (gracias, Alfredo) que me pasaría hoy día por la derecha me hicieron decantarme por la opción política que hoy día tengo. Supongo que en el Reino Unido votaría conservador y en Estados Unidos republicano, aunque en este último país sería (o quiero pensar que sería) de lo que llaman libertarios (que no puede estar más alejado de lo que ese término supone en España).
Empecé a escribir el blog por la misma razón que creé una página web: porque (casi) todo el mundo lo hacía (y eso que siempre he abominado de las modas). Entonces lo hacía esporádicamente, como puede comprobarse consultando el archivo del blog. Y no comentaba noticias políticas, al menos no principalmente, sino gazapos periodísticos y cosas así (aquello sí que eran entradas breves, a veces de sólo una línea).
Luego tuve un par de años en que publiqué una entrada al día. El primer año, de media: podía estar diez días sin escribir, y luego escribir y publicar diez entradas de golpe. Entonces descubrí la maravilla de poder programar el momento en que se publicaría la entrada, y adopté la costumbre de publicar una al día; generalmente, a medianoche. En general escribo la entrada el día anterior a la publicación; si puedo, por la mañana, y por la tarde (o por la noche, en casos extremos) si no puedo. Si preveo que voy a estar una temporada en un sitio sin internet o, más bien, sin acceso a mi ordenador (actualmente hay internet casi en todas partes), me fuerzo a escribir varias entradas cada día durante el período anterior a fin de tener suficientes programadas para cubrir mi ausencia.
Como he dicho, procuro publicar una entrada por día (sin contar los comentarios a los libros que leo, las citas literarias o cinematográficas, la psicología del octavo pueblo o las siempre proyectadas series de entradas sobre Tolkien y sus runas). Sin embargo, hay ocasiones en que una noticia importante (la elección de un nuevo Papa, así a bote pronto es lo primero que se me ocurre) reclama un comentario inmediato (en general, y salvo que el fichero de Word en que voy poniendo los enlaces a las noticias que comentaré se corrompa –cosa que, lagarto lagarto, hace tiempo que no ocurre-, suelo tener un mínimo de diez días cubiertos), o que la avalancha de noticias (el butifarrendum, sin ir más lejos) es tal que las noticias se amontonan. En tales casos, duplico (y hasta triplico y cuadruplico en ocasiones) el ritmo de publicación. Así es como, año tras año, voy superando el número de entradas del anterior; aunque yo diría que este año puede romperse esa racha alcista.
En cuanto al nombre del blog, el origen está en unas presentaciones de Power Point que enviaba cada Viernes anunciando precisamente que ya era Viernes y deseando un buen fin de semana. La cosa comenzó con un gif animado de Stan Laurel y Oliver Hardy bailando alegres, para luego añadir otras imágenes. La cosa luego aumentó con comentarios sobre lo ocurrido durante la semana, y acabó derivando inevitablemente (luego se verá el porqué del adverbio) hacia la política (todavía creo que la presentación de la semana en que zETAp habló en la Asamblea Nacional francesa en un francés espantoso, y en la que en la asamblea legislativa catalana se trató el tema del tres por ciento, es de lo mejor que he escrito: estaba toda ella redactada en un francés fonético y empezaba Mesiés e medam, ye sui isí inotrefuá), lo que hirió, también inevitablemente (tengo amigos que no piensan en política como yo, aunque a alguno le pueda extrañar), algunas sensibilidades. Uno de esos amigos me dijo que me había pasado siete pueblos con no sé qué comentario, y la conclusión fue lógica: estaba, entonces, en el octavo pueblo, y desde allí enviaba mis crónicas. Con el tiempo, dejé las presentaciones y me pasé al blog.
¿El motivo de seguir escribiendo el blog? En primer lugar, de desahogo. Me tengo por persona inteligente (la modestia, en cambio, no es un rasgo que me adorne, precisamente), y tengo, como casi todo el mundo, una opinión sobre todo. Dichas opiniones no son a veces originales, pero otras sí: de hecho, hay ocasiones en que he dicho exactamente lo mismo que columnistas políticos dirán (o yo leeré) después de haber escrito mi entrada. Y si no expreso dichas opiniones, reviento, así que nada mejor que expresarlas. Si haciéndolo no hiero a nadie (directamente: si envío la presentación, el receptor se puede molestar; pero el que entra en mi blog lo hace por propia voluntad, y en el encabezado está la advertencia de lo que se va a encontrar), miel sobre hojuelas.
En segundo lugar, para dar un argumentario a aquellos que me leen. El problema de la izquierda, los nacionalistas y sus voceros es que nadie, salvo excepciones, les lleva la contraria. Y no por llevarles la contraria, sino para poner en evidencia las trolas, embustes, falacias e inexactitudes (cuando no insensateces) que sueltan cada vez que abren la boca (o que aprietan las teclas). Como he dicho, me tengo por inteligente y sé que tengo cultura (más que la media). Exponiendo en este blog esas opiniones y las razones que las fundamentan doy, para aquel que me lea y que quiera aprovecharlo, argumentos para el debate. No para, como dice Conservative, conseguir que algún alma descarriada vuelva al redil, porque suelen ser duras de mollera; sino para no darles la satisfacción de que nadie les cierre la boca.
Voy terminando. En cuanto al estilo del blog, procuro combinar el sentido del humor (debo bastante, creo, a Jiménez Losantos y a Ussía, a quienes disfruto leyendo aunque el turolense a veces se pase de venao) -porque nada hay que les joda más que el que no se les tome en serio o, al menos, que se les chotee- con el empleo de la lógica más aplastante. Es decir, no me pierdo en jeribeques ni artificios filosóficos, sino que tomo al pie de la letra lo que dicen o escriben y doy la respuesta más inapelablemente rígida (a falta de un adjetivo mejor que ahora no logro encontrar) que puedo. También tiro de mi afición a las perífrasis (no uses una palabra si puedes emplear cuatro para decir lo mismo) y a los motes: doña Rojelia es la alcaldesa de Madrid porque es vieja, arrugada y roja; la bruja Piruja es la de Barcelona por el apócope (no estoy seguro de que éste sea el recurso estilístico empleado: prótesis, epéntesis, paragoge, aféresis o síncopa serían las alternativas, aunque la segunda y la quinta están casi descartadas) de su nombre; Junior es el líder de los neocom porque Senior fundó el partido que él pretende desbancar como hegemónico en la izquierda, y su partido es el que es como un juego de palabras entre neocom y el hecho de que no son sino los comunistas de siempre con un disfraz distinto; y así sucesivamente.
Llevaba tiempo queriendo explicar todo lo que antecede. Por fin me he quedado a gusto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

martes, 16 de enero de 2018

De pajas y vigas

Es inherente al ser humano disculpar conductas en los propios que, cuando son llevadas a cabo por los ajenos –y son los propios los destinatarios de los mismos-, generan las más encendidas críticas. Esta conducta, tan humana como digo, se ha plasmado en multitud de sentencias breves, desde la evangélica de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio hasta la soez habló de putas la ‘Tacones’, pasando por el intermedio apártate que me tiznas, le dijo la sartén al cazo.
Como he dicho, es una conducta de lo más humano. Pero dicha inherencia no quita para que, llegado el caso, la critique; entre otras cosas, porque de no hacerlo me quedaría sin tema sobre el que escribir hoy o, por mejor decir, los temas correrían un puesto. En el transcurso de una semana hemos tenido cumplido ejemplo de esta actitud tan propia del Homo sapiens.
La víspera de la Epifanía del Señor (o del día de Reyes, en román paladino) aparecía la noticia de que un tal Antonio Soler fantaseaba con que un camión atropellara a los magistrados (en el titular aparece el término jueces, y sin duda lo son, pero en cuanto se juntan al menos dos se convierten además en magistrados) del Tribunal Supremo encargados de conocer de la causa del butifarrendum II y de mantener en prisión al estrábico con sobrepeso y demás compañeros mártires (Nota: leída la noticia, compruebo que el señor Soler no se anda con chiquitas, y propone que sean atropellados sucesivamente todos los miembros del Supremo; ignoro si en la categoría de miembros incluye, además de los pertenecientes a la carrera judicial, a administrativos, vigilantes, personal de limpieza y demás, pero estaría dispuesto a apostar que sí porque, ¿para qué andarse con chiquitas una vez has arrancado el vehículo?). A continuación, el interfecto –al que el titular califica de humorista del proceso- se preguntaba en Twitter si el deseo de que los magistrados perezcan de manera violenta es delito de odio.
Puesto que ni yo tengo tiempo de explicárselo, ni él capacidad para entenderlo, vamos a pasar a la segunda parte de la entrada. Una de las chirigotas del carnaval gaditano –donde, año tras año, no dejan títere con cabeza- ha tomado como tema el proceso catalán, y parodian la decapitación de Cocomocho que, al tiempo que suplica piedad, se justifica diciendo que pido perdón por las urnas que allí coloqué. En realidad eran cajas de ropa de invierno, pero es que allí es ver las cajas y echar un papel.
Acostumbrados a que el humor de las coplas carnavaleras se suelte sin límites contra todo tipo de políticos, la escena de la guillotina no ha suscitado mayor revuelo en Cádiz. Sin embargo, varios medios y tuiteros ha llamado la atención sobre la escena, al entender, como decía un titular, que en ella el odio se ha camuflado a través del humor, en lugar de sentirse honrados por ser objeto de las chirigotas.
Si lo de la tacita de plata es odio… ¿qué es entonces lo de Soler? Si no es odio, que baje Dios y lo vea.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

lunes, 15 de enero de 2018

Es inútil

En las regiones donde los partidos nacionalistas son pujantes –básicamente dos, Vascongadas y Cataluña; lo de Navarra es una sopa de letras-, los partidos llamados nacionales (antes) o constitucionalistas (ahora) que ya existían en el siglo pasado (es una manera de excluir a Ciudadanos) han adoptado, en mayor o menor grado, una línea de perfil bajo en lo referente a su carácter de españoles, como si eso fuera algo que tuvieran que hacerse perdonar, al tiempo que un intento de pescar en otros caladeros electorales, quizá pensando que sus votantes tradicionales los tenían seguro.
Nada más errado. En cuanto a los votantes regionalistas, entre el original y la copia siempre votarán al original, mientras que los citados votantes tradicionales lo más habitual es que, para votar a unos que van a hacer lo mismo que los otros, lo más probable es que no voten.
Por ello, paleocom, populares y socialistas, de mayor a menor desgaste, han visto reducidas sus expectativas electorales a la práctica inanidad. Los primeros, subsumidos en coaliciones que se insertan en agrupaciones que se incardinan en movimientos, únicamente sirven para apoyar con su menguante número de escaños a aquellos a los que siempre han apoyado: a los enemigos de España.
Los terceros, de ser alternativa de gobierno en ambas regiones -¡ay, aquella ocasión desperdiciada de mediados de los ochenta en que un socialista pudo haber sido el inquilino de Ajuria Enea!- han pasado a quedar apartados del podio (esto es, de las tres primeras posiciones).
En cuanto a los segundos, aquellos que concitan los odios y la aversión de unos y otros (regionalistas, comunistas, socialistas…), parecen no recordar que cuando han obtenido los mejores resultados electorales –y de eso supongo que se trata, de que les voten cuantos más, mejor- han sido cuando han mantenido una postura más firme (Mayor Oreja, San Gil, Vidal-Cuadras…) en defensa de España y de los españoles. Pero, atendiendo a las consignas de Arriolas, Moragas y demás compañeros mártires –que ya se ve para qué sirven-, han preferido ser suaves, blanditos, diríase que de algodón.
¿El resultado? Que en Cataluña, por poner un ejemplo, les siguen haciendo el cordón sanitario pese a abanderar el rechazo al boicot comercial. Boicot que, por otra parte, no es sino libertad de elección de los consumidores, que entre comprar un producto catalán u otro que no lo sea, eligen adquirir el segundo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

domingo, 14 de enero de 2018

Se les ve el plumero

Tras el óbito del dictador, que se produjo por causas naturales y en la cama, surgió una pléyade de lo que podríamos llamar antifranquistas retroactivos: aparentemente, todos ellos se habían opuesto al régimen con todas sus fuerzas (incluso aquellos que medraron con él, directamente o a través de sus familias), lo que hace aún más inexplicable que durara tres décadas y media.
Del mismo modo, los izquierdistas actuales parecen empeñados en ganar la guerra que perdieron hace casi ocho décadas. Porque la Historia es terca, y esa guerra la perdieron. Cómo lo hicieron, luchando contra un ejército dirigido por una nulidad total (según ellos) es otro misterio insondable.
Ahora, los neocom gallegos pretender dar otra vuelta de tuerca, y han pedido reformar la LDH (Ley de Desmemoria Histérica) para que declare la nulidad del régimen franquista. No de sus sentencias, sus resoluciones y sus actuaciones, no: del régimen franquista en bloque para así, según ellos, saldar una deuda histórica.
De lo que no parecen haberse percatado, o al menos no lo dicen en voz alta, es que si el régimen franquista es declarado nulo, todo lo que surgió del mismo, incluyendo el actual, también lo sería. Y, probablemente, eso es lo que pretendan.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

sábado, 13 de enero de 2018

Freedom for Tabarnia

Los totalitarios de cualquier tipo soportan bastante mal (forma eufemística de decir que no soportan en absoluto) la crítica. Cuando dicha crítica se hace por vía de humor, su enojo sube hasta cotas estratosféricas.
La aparición de la figura de Tabarnia era algo que se veía venir. En el aspecto literario, ya Ángel Palomino, en su Vascos para un nuevo Guernica, planteaba una situación similar: declarada la independencia de Vascongadas un día de la patria vasca (sic) en la que a Javier Arzalluz se le calentaba la boca, la provincia de Álava se declaraba independiente de la recién creada nación vasca y solicitaba ser considerada como la decimooctava comunidad autónoma de España.
En un ámbito más particular, hace ya mucho que yo planteaba el absurdo del (entonces no se llamaba así) derecho a decidir: Vascongadas se separaba de España, Álava de Vascongadas, Vitoria de Álaba, la calle Mayor de Vitoria, el número 1 de la calle Mayor, el 2º C del número 1 y Pachi Zabaleta (usaba ese nombre; mucho más tarde me enteraría de que había una figura pública con este nombre) del 2º C.
Naturalmente, la aparición de Tabarnia ha sacado de quicio a los golpistas, por más que el fenómeno no sea sino darles dos tazas de su propia medicina: Cataluña roba a Tabarnia, Cataluña oprime a Tabarnia, la pobre Cataluña vive a costa de la rica Tabarnia, los tabarneses no quieren ser catalanes… Nada de ello es original, salvo en el hecho de que el sujeto activo deja de ser España para pasar a ser Cataluña, y el pasivo Cataluña se convierte en Tabarnia. Y con muchos menos medios, pero con mucho más ingenio, Tabarnia ha conseguido en un par de semanas mucha más repercusión internacional que años y años de esfuerzos (y millones y millones de euros) de los secesionistas catalanes para conseguir que alguien de una cierta relevancia internacional les hiciera caso. Por llegar, han llegado hasta Japón.
Perseverando en copiar hasta el menor de los gestos de los golpistas, los tabarneses nombran portavoces, organizan manifestaciones… y hasta tienen un presidente en el exilio. También tiene un corte de pelo peculiar pero, a cambio, tiene mucho más ingenio, retranca y poso intelectual que Cocomocho.
Entre Tabarnia y la Justicia española, los golpistas están apañados. Perseveremos en esa pinza.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

viernes, 12 de enero de 2018

Bocachancla

Los políticos, y más si son de izquierdas, tienden a emplear un lenguaje grandilocuente, rimbombante y polisilábico: las cosas no se ven, se visionan, por ejemplo. También tienden al eufemismo, aunque uno ya no sabe si es porque consideran a los ciudadanos estúpidos o bien porque, directamente, son ellos los estúpidos: porque ¿a quién pretenden engañar cuando hablan de crecimiento negativo por miedo a decir decrecimiento?
Es por ello que, de la nueva hornada de políticos que surgió en España tras la llamada crisis del bipartidismo, los que dicen las tonterías con un envoltorio sintáctico más vistoso son los neocom. Y entre ellos es su líder, el inefable Junior, el que alcanza cotas más cimeras en eso de expresarse de un modo cursi, redicho, empalagoso… insoportable. Aunque luego resulte que no conozca la obra de Kant o el nombre de una de las empresas de auditoría más importante del mundo. Y lo peor es que no tiene empacho ni rebozo en hacer el ridículo delante de las cámaras de televisión; quizá porque, como él mismo dijo, tiene el ego tan subido que (la comparación es mía) el Olympus Mons es, a su lado, poco más que un montoncito de arena.
Eso sí, cuando se despista (lo cual ocurre con más frecuencia de la conveniente… para él) sale el prepotente que lleva dentro y suelta perlas como llamar al himno nacional de España cutre pachanga fachosa. Recientemente soltó dos de ellas, diciendo que es una milonga que a España haya que identificarla con la monarquía y que es mentira que para ser buen español hay que ser como Amancio Ortega.
En cuanto a lo primero, si bien es cierto que España ha sido, durante la mayor parte de su historia, una monarquía, no es menos cierto que la mayoría de las restantes naciones europeas que son actualmente repúblicas comparten ese rasgo de que el período republicano es, en términos relativos, inferior al monárquico, y nadie pretendería hoy identificar a Francia o Alemania, por citar dos ejemplos, con la monarquía, y sí más bien con un régimen republicano (sobre todo en el caso del Hexágono).
Pero no es menos cierto que en las dos ocasiones en las que España ha sido una república (que sumadas no llegan al lustro y medio, frente al milenio largo –puesto que, para mí, España existe como concepto político desde los visigodos y san Isidoro- en que testas coronadas han regido los destinos del país) el resultado ha sido, por ser suaves, desastroso: en la primera, sin que lograra nombrarse un jefe de Estado (pues los llamados presidentes de la Primera República lo fueron del consejo de ministros, esto es, del Gobierno, y no del país), se montó una zapatiesta de todos contra todos en la que un cantón le declaraba la guerra al de al lado y al de más allá; y la segunda, constituida ilegal e ilegítimamente (aunque vamos a admitir barco como animal acuático por aquello del vacío de poder que supuso la renuncia a la jefatura del Estado -que no abdicación- de Alfonso XIII), fue un media España (siendo generosos) contra la otra media (quedándonos cortos) que acabó como todos sabemos, dado el escaso talante (y talento) democrático que siempre ha mostrado la izquierda española.
En segundo lugar, es verdad que no hace falta ser como Amancio Ortega para ser buen español, por más que el fundador de Inditex sea, según todos los indicios, un español de los mejores. Como dicen los Evangelios (mutatis mutandis), aquél que hace lo que puede no está obligado a más. Pero despreciar a los que no piensan como uno, a los símbolos del país natal y a la propia historia no es que sea de mal español: es de un ser ruin y miserable, por no decir directamente malo.
En cuanto a la afirmación de Junior (aquí llega la rimbombancia) de que la memoria histórica es la gasolina patriótica del futuro, yo le aconsejaría prudencia, porque quien juega con fuego acaba quemándose.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!