No
puedo hablar de los políticos de otros países porque no les conozco bien. De
los españoles tengo referencias suficientes como para tener una opinión
formada. En general, no opino bien de nuestra casta política, sea cual sea su
ideología; pero, dada la mía, opino bastante peor de la izmierda que de la derecha; y si hablamos de los necionanistas, la cosa empeora.
Por
un lado, está Pachi Nadie,
filoterrorista iletrado que consiguió un cuarto de siglo tarde algo que
Vascongadas venía necesitando a gritos: un presidente del Consejo de Gobierno
de la Comunidad Autónoma que no fuera del racista PNV. Sin embargo, y a pesar
de contar con el apoyo del Partido Popular (si bien con la versión regionalista
y maricomplejines del mismo), lo ha
hecho tan rematadamente mal (con la inefable ayuda de zETAp, por supuesto) que
Vascongadas se encuentra a un paso, no ya de volver a tener un presidente
nacionalista, sino directamente terrorista. Y luego va y dice que seguirá en el
gobierno por mucho que a algunos les duela… Lo que busca es aguantar lo más posible en la poltrona.
Luego
está Andalucía, presidida por el corrupto Griñán, sucesor del corrupto Chaves.
Hizo campaña electoral criticando los recortes que, según él, haría la derecha
si alcanzaba la presidencia de la Junta. Y cuando, tras resucitar la alianza
socialcomunista tres cuartos de siglo después, se ve enfrentado a la realidad,
hace justamente aquello que prometió no hacer y que, sin embargo, no tiene más
remedio que hacer: recortar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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