Como buen socialista (curioso oxímoron), Gregorio Peces-Barba es sectario hasta la médula y bastante menos inteligente de lo que él se cree. Sin embargo, alguna vez hace lo que podríamos llamar correcto, en el sentido de que da a sujetos tan despreciables como él una ración de su propia medicina.
Viene esto a cuenta de su reciente declaración de que a España quizá le habría ido mejor si, en el siglo XVII, hubiera optado por retener Portugal en lugar de retener Cataluña. Más tarde analizaré lo erróneo de esa valoración, porque de momento lo que quiero es resaltar que su afirmación ha molestado a las personas indicadas; gente que es aún más sectaria que él, los nacionalistas catalanes. La prueba: que en un extraño ejercicio de coincidencia de éstos con la realidad, le han calificado de enorme hijo de puta.
Sin embargo, la afirmación de Peces-Barba parte de un enorme error de base, probablemente interiorizado tras décadas de machaque de los nacionalistas: que Portugal y Cataluña eran en el siglo XVII tan españoles (o tan poco españoles, tanto da) el uno como la otra. Y ese es el error: mientras que Cataluña nunca ha sido otra cosa que España, y nunca se ha sentido otra cosa que España, hasta que una panda de descastados sorbió el seso a una masa de borregos, Portugal dejó de ser España en la Edad Media, y ya nunca volvió a sentirse parte de España. Establecer por tanto equivalencias entre uno y otra es como equiparar en términos filosóficos sustancia y accidente: una muestra de ignorancia colosal.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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