El celo por lo políticamente correcto está llegando a extremos
verdaderamente abracadabrantes, por no decir grotescos. Así, una atleta griega
ha sido expulsada de los Juegos Olímpicos (que no olimpíadas, ya que una
olimpíada es el periodo de cuatro años que transcurre entre dos juegos
olímpicos consecutivos) por decir en su cuenta de Twitter que con tantos
africanos en Grecia, al menos los mosquitos del Nilo Occidental serán nutridos
de comida casera.
El comentario ha sido calificado de racista. Pero no lo es. Quizá peque de
un poco de humor negro, valga el chiste fácil. Quizá resulte hasta xenófobo, si
nos ponemos puntillosos. Seguramente es de mal gusto. Pero lo que no es, es
racista: porque tan africano es un bereber como un nubio, un afrikáner como un
abisinio, un etíope como un zulú, un pigmeo como un masai, un mandinga como un
bosquimano. Y no creo que a ninguno de ellos les haga demasiada gracia que les
metan en el mismo saco que a todos los demás. Así pues, llamarles simplemente africanos sí que resulta racista, por
simplificador.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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