Cuando un país no actua con seriedad, los mercados no le toman en serio por muchas proclamas solemnes que haga. Y después de las estupideces perpetradas por los gobiernos autonómicos de Cataluña y Andalucía, y la sugerencia de Rubalcaba a Vascongadas y Asturias, vaticiné que más pronto que tarde íbamos a volver a estar a los pies de los caballos. Desgraciadamente para España, no me equivoqué. Han bastado unas pocas palabras de Draghi en un sentido distinto al de las penúltimas y ¡hala!: el Ibex baja y la prima sube. Para a continuación, subir ligeramente el primero y bajar ligeramente la segunda. Vamos a acabar todos locos...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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