En estas elecciones autonómicas, el Partido Popular ha conseguido dos resultados muy diferentes porque ha tenido dos actitudes igualmente diferentes. Donde ha sido fiel a sus principios (bueno, fiel… con matices que luego explicaré), el electorado ha respaldado una buena gestión y ha mejorado resultados. En cambio, donde ha traicionado a los principios y a las personas que dan sentido a lo que significa ser de derechas, en el mejor sentido del término, el electorado le ha dado la espalda y los resultados han sido peores que nunca… hasta ahora, porque de seguir con esa actitud, cualquiera tiempo pasado fue mejor, que dijo Jorge Manrique.
En Galicia, el Partido Popular ha realizado una política económica como Dios manda, y los resultados han respaldado esta política. El único pero que se le podría poner es la política lingüística: siguiendo la tendencia del en otros tantos aspectos admirable Manuel Fraga, no han rectificado la nefanda política educativa social-nacionalista, imitadora de la seguida en Vascongadas y Cataluña, que prácticamente han desterrado al español de las aulas.
En Vascongadas, por el contrario, han olvidado los tiempos heroicos de Gregorio Ordóñez, Jaime Mayor Oreja, María San Gil, Carlos Iturgáiz, Regina Otaola, Pilar Elías o José Angel Blanco. Buscando hacerse más simpáticos al mundo nacionalista, han olvidado aquello que hacia valiosa (por valerosa) la actitud de hace apenas diez años. Y claro, por muy fiel que sea el electorado del Partido Popular, las cosas tienen un límite; y votar a estos políticos de diseño que estrechan las manos de los que hasta no hace tanto tiempo les asesinaban rebasa con mucho ese límite.
Por ello, aunque Rajoy haya respaldado a Basagoiti (mejor que se tiente las ropas, al modo de los entrenadores de fútbol respaldados por la directiva... que también respaldó a Arenas y consiguió unos resultados mucho mejores), las mentes más preclaras (es decir aquellas no maricomplejines) del Partido Popular son capaces de ver que el camino que se sigue es erróneo y sólo lleva al desastre; mientras Esperanza Aguirre se declara decepcionada, el miserable de Oyárzabal pierde los papeles y despotrica contra Isabel San Sebastián. Afortunadamente, algunos sectores del Partido Popular en Vascongadas piden el regreso a la política de los valores. Esperemos que sean escuchados, por el bien del Partido Popular… y el de toda España.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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