Cuando el ministro Wert dijo que la huelga en la educación tenía carácter político y estaba convocada por la extrema izquierda, las hordas bienpensantes habituales se lanzaron sobre él. Sin embargo, vista la simbología exhibida por los manifestantes (que no estudiantes: estudiante es el que estudia, y esa panda de mamarrachos energúmenos hace cualquier cosa salvo estudiar) y los actos realizados y proclamas proferidas, hay que estar de acuerdo con el ministro.
Eso sí, luego va la CEAPA (qué anagrama tan poco progresista, que deja fuera a las madres… o, quizá, la P es de progenitores… aunque las alumnas deben de nacer debajo de un repollo, porque ni están ni se las espera) y acusa a los políticos y a los medios de información de incendiarios… por contar lo que ha pasado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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