Desde hace mucho tiempo sé que los sindicatos
sedicentes más representativos no son
sino terminales de sus respectivos partidos políticos. Y si no estuviera
convencido, bastarían las constantes pruebas que dan para acabar de
convencerme.
La última se ha producido en Andalucía, esa
región que constituye una excelente muestra de lo que treinta años de gobierno
socialista pueden hacerle a cualquiera. En una manifestación convocada para
protestar contra los recortes en los sueldos de los funcionarios, ugeteos y cocos vetaron a CSIF porque… llevaban una pancarta contraria a Griñán. Acabáramos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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