La fiebre por resultar políticamente correcto –dejando aparte que la corrección política sólo parece funcionar en un sentido, porque la izmierda se ofende cuando se la describe pero llaman cavernarios a los de derechas; o los musulmanes ponen a los occidentales de chupa dómine mientras que ellos no toleran ni un chiste sobre Mahoma, un hombre al fin y al cabo- llega a extremos tan abracadabrantes como rescribir el Huckleberry Finn de Mark Twain para eliminar el vocablo nigger… pero es que era así como se llamaba a los negros en la época, carape.
Ahora, es Rowan Atkinson el que se ha unido a una campaña para derogar una ley británica que data de 1.986. Como no puedo decirlo mejor, transcribo tres párrafos del artículo:
Los activistas que participan en ese movimiento consideran que el capítulo quinto de la Ley de Orden Público del Reino Unido, que prohíbe "palabras, comportamientos y signos amenazantes, abusivos o insultantes", atenta contra la libertad de expresión.Bajo el paraguas de esa norma, un estudiante de la Universidad de Oxford fue detenido en 2005 por espetarle a un agente de la Policía montada: "Disculpe, ¿es usted consciente de que su caballo es gay?". El joven fue acusado de "proferir comentarios homófobos ofensivos para los transeúntes".En virtud de esa ley también fue acusado un manifestante que se plantó frente a la sede londinense de la Iglesia de la Cienciología con una pancarta que rezaba: "la Cienciología no es una religión, es un culto peligroso".
Nunca me han resultado especialmente graciosos los programas del personaje Mr. Bean (tampoco especialmente insoportables), aunque siempre he tenido gran respeto por el señor Atkinson, por aquello de que hay que ser muy inteligente para hacer bien de tonto. Desde que leí esta noticia, tengo todavía en mayor consideración su inteligencia.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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