Para ser un tema que me interesa más bien poco, le estoy dedicando demasiadas entradas (y, además, seguidas) a la gala de los Goya. Intentaré que éste sea el último…
Para empezar, compruebo que lo que digo a veces de que debería ser comentarista político no anda tan desencaminado. No porque diga cosas especialmente agudas, sino porque los comentaristas dicen cosas tan de sentido común que es difícil que no se le ocurran al común de los mortales… o a mí. En este caso ha sido Gabino Diego (vale, no es un comentarista) el que ha dicho que los espectadores pueden encabronarse tras el mitin de los Goya. Ya anteayer (cuando escribí la entrada, aunque apareciera publicada ayer) llamé mitin a la Gala de los Goya, y aventuré que con esas actitudes, los actores están corriendo el riesgo de molestar a la mitad de su público potencial.
Por otra parte, el problema de los graciosetes de la izmierda es que se creen con bula para reírse de quien sea y como sea. Por ejemplo, la mamarracha de Eva Hache, que dijo que el Príncipe había ido al Mundial de Balonmano con los disgustos que le ha dado ese deporte a la familia real. Lógicamente, la Federación Española de Balonmano ha protestado. No leo en la noticia si señalando que el que ha causado problemas no es el balonmano, sino un ex balonmanista. Por esa misma regla de tres, podría haber dicho que el Príncipe no debería ir a los partidos del Barcelona, puesto que Urmangarín jugó en ese equipo; pero claro, ya sabemos que el Farça es sagrado e intocable…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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