Tomándonos las cosas un poco a chufla,
podríamos decir que el clavo que faltaba en el ataúd periodístico de El País lo puso el condenado por
prevaricación y antiguo magistrado de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón.
En efecto: si el hombre que instruía los
sumarios de tal manera que lo más habitual era que los encausados quedaran en
libertad por irregularidades causadas por el juez, si este hombre, digo, afirma
que los papeles de El País son consistentes, lo más probable es que dichos papeles valgan menos que un
billete de tres euros.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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