Obama llegó al poder haciendo una serie de promesas de lo más progresista, bastante parecidas (salvando las distancias, claro) a las que hizo zETAp cuatro años antes. De todas ellas, me quedo con dos: la retirada de las tropas estadounidenses de los dos teatros de Oriente Medio (Iraq y Afganistán) y el cierre de Guantánamo.
En cuanto a lo primero, se ha ido produciendo, pero mucho más despacio de lo anunciado por Obama y de lo que al progretariado occidental (y a los radicales islámicos) les gustaría.
En cuanto a lo segundo, a lo largo de su primer mandato no lo cerró. De hecho, al principio se suponía que cerraría la prisión en la primera semana de su presidencia, muy en la línea de la huida de zETAp de Iraq. Después, que lo haría durante el primer año de mandato. Y así pasaron los días hasta 2.013, con un continuo aplazamiento del asunto, amparándose en las dificultades logísticas, diplomáticas y judiciales del proceso, y culpando a los republicanos por su oposición. Su único paso, durante cinco años, lo dio pocos días después de llegar al cargo, ordenando el cese temporal de los tribunales de Guantánamo, que volvería a reabrir en 2011.
Ahora, recién comenzado el segundo, y según informa el New York Times, el Departamento de Estado ha clausurado la oficina encargada de gestionar el cierre del penal. Además, el enviado especial encargado de esta labor, Daniel Fried, pasará a desarrollar otras funciones, y nadie le sustituirá en el cargo.
A pesar de lo cual, muy en la línea progresista de afirmar una cosa y la contraria, el portavoz de la Casa Blanca acaba de renovar la promesa hecha por Obama en su primer mandato de cerrar la prisión, donde aún quedan 166 personas detenidas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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