Que los políticos españoles no están en política precisamente por afán de servicio público (siempre hay excepciones) es algo, no por desagradable, menos asumido. Que los de izquierda son más políticos que nadie y tienen, por tanto, la cara más dura que los de los demás partidos, tampoco.
Ya sabemos que a los socialistas de Ponferrada no les importó aliarse a un condenado por acoso sexual con tal de desalojar al PP de la alcaldía; de las corifeas (más feas que coro, la verdad) feminazis no se supo nada. Pero es que ahora los díscolos de Ponferrada no dejan el PSOE; no por amor a los principios, no… sino para cobrar más.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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