Con frecuencia se señala que Cataluña ha
pasado, de ser la locomotora de España (bien es verdad que una locomotora con enchufe, beneficiada artificialmente –es
decir, al margen de las leyes del mercado- por el resto de España) a ser el
furgón de cola, el lastre o como se la quiera llamar.
Sin embargo, no cabe atribuir esta situación
a que los catalanes, arquetipo de emprendedores y de laboriosidad, hayan
perdido semejantes características, sino porque prefieren dedicarlos a otros
fines distintos de contribuir a la riqueza de su región. Para muestra, un
botón: Jorge Pujol Ferrusola, a lo largo de ocho años, movió 32 millones de euros a una docena larga de paraísos fiscales.
La de sedicentes embajadas sediciosas que
podrían haberse decorado con semejante pastizal…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario