martes, 2 de abril de 2013

Jetas progresoides


Con los políticos (y empleo el término en sentido lato) hay que tener mucho cuidado en relación con lo que dicen, esto es especialmente cierto con los de izquierdas, especialistas en decir una cosa mientras hacen la contraria: por ejemplo, dicen defender la escuela pública mientras llevan a sus hijos a la privada.
Digo esto a propósito de la tal Ada Colau, erigida en defensora de los quejicosos por los desahucios a pesar de no haber tenido una hipoteca en toda su vida. Sospechaba que era alguien que probablemente viviría de la teta pública, por lo que no me ha sorprendido lo más mínimo el leer que la ONG (es gracioso lo de las organizaciones no gubernamentales, muchas de las cuales viven precisamente de los fondos que reciben de los gobiernos de todos los niveles) a la cual pertenece fue beneficiaria de subvenciones por importe de treinta y siete millones de euros. Como no podía ser menos tratándose de un grupito tan progresista, entre las actividades subvencionadas se encontraban materias tan esotéricas como la vivienda de género, la soberanía alimenticia o el derecho de la vivienda desde una perspectiva de género. Mira tú, y nosotros sin saber que el derecho a la vivienda es susceptible de una perspectiva de género…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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