A diferencia de la persona que me prestó el libro, yo vi primero la película. Eso sí, nuestras opiniones coinciden: la
novela –como suele suceder, por otra parte- es mucho mejor que la película.
Pese a tratar un tema tan de ciencia ficción
como es el de los viajes en el tiempo, la novela se limita a tomar esta premisa
como herramienta argumental, obviando toda referencia a las paradojas que lleva
aparejado el viaje en el tiempo. De hecho, en varias ocasiones dos versiones
distintas del personaje se encuentran y entrecruzan; de hecho, en ocasiones es
la versión adulta la que enseña a la versión infantil cosas que le serán de
utilidad en el futuro… conocimientos que cuando el adulto era un niño le fueron
enseñadas por una versión adulta, en una especie de recurrencia ad infinitum que la autora ni se
plantea.
Dejando aparte este punto, la trama está bien
llevada, y aunque al principio resulta algo liosa no se tarda demasiado en
cogerle el hilo a la historia. Una historia que mantiene adecuadamente el
suspense, aunque va dando pistas, y que funciona como historia de amor un tanto
atípica.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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