En esta novela de Tom Clancy (acreditada como
escrita en colaboración, lo que me hace pensar que el papel del señor Clancy
debe haberse limitado a esbozar el argumento, mientras que Peter Telep haría
todo el trabajo duro) hay que diferenciar el fondo de la forma.
En cuanto al fondo, no es nada del otro
mundo. Una trama que podría haber creado cualquiera de los autores del ramo,
sin que presente rasgos específicos de Clancy más allá de la atención a las
armas y vehículos involucrados en la acción.
Pero en cuanto a la forma… ¡ah, en cuanto a
la forma! Solía decir que la peor traducción que había leído hasta ahora era Peligro inminente (curiosamente, o no,
también de Clancy y también ambientada parcialmente en Iberoamérica). Pero al
lado de Contra todo enemigo es un
prodigio de buena traducción, porque uno no sabe si lo ha traducido un programa
de traducción automática (y uno no especialmente bueno, además), un
iberoamericano... o un programa iberoamericano de traducción automática.
Expresiones traducidas literalmente, modismos iberoamericanos (jalar, autos,
cuadras...), palabras sin traducir (pick-up, van...). Un auténtico sufrimiento
que te hace pasarte más tiempo pensando en cómo habrías traducido tú el texto
que disfrutando del mismo, y deseando llegar al final no para saber cómo
termina, sino para dejar de sufrir.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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