Tradicionalmente (al menos, desde el punto de
vista de los que somos de derechas), la diferencia entre los partidos de
derechas y los de izquierdas (en España, al menos) es que en los primeros uno
tiene donde escoger para los puestos de responsabilidad (que luego escojan a
otros menos capaces es otro asunto, pero mimbres haberlos haylos), mientras que en los segundos lo que uno suele pensar es y estos son los menos malos…
Digo esto a propósito de los comentarios que
han surgido sobre la posible cabeza de lista del Partido Popular al Ayuntamiento
de Madrid para las próximas elecciones municipales. Tres nombres han saltado a la palestra: la actual alcaldesa, Ana Botella, que probablemente haya llegado
allí por ser mujer de quien es (quiero decir, si iba en un puesto preferente en
la lista era por ser mujer de Aznar, con independencia de su eventual valía),
pero que al menos ha tenido experiencia de gobierno en el Ayuntamiento;
Esperanza Aguirre, anterior presidente de la Comunidad de Madrid, y para muchos
una de las figuras políticas más válidas y capaces en España; y Cristina
Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, todavía poco conocida pero que dice
las cosas bastante claras (lo que la acerca a Espe) y que pone de los nervios al progretariado (lo cual no deja de ser un punto a favor, al igual
que el que el progretariado perciba
con simpatía a Gallardón hace que deba desconfiarse de él… más que de los
políticos en general, quiero decir).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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