En general, casi todo lo que se refiere al
mundo sindical parece tomado de la neolengua
de Orwell. Por ejemplo, los llamados sindicatos más representativos no son siempre, ni de lejos, los más
representativos (de hecho, en mi centro de trabajo tuvieron que ir en coalición
en las últimas elecciones sindicales… y ni aun así fueron los que obtuvieron
más representación); su llamado patrimonio histórico,
a cuenta del cual tantas indemnizaciones han recibido, habría que ponerlo en
cuarentena, porque de ser cierto tendrían más patrimonio que la Iglesia y la
nobleza en el Antiguo Régimen; y en cuanto a que defiendan los intereses de los
trabajadores… bueno, eso también habría que ponerlo en cuarentena. En realidad,
los intereses que defienden son los de su propio aparato: para quien lo dude,
no tiene más que comprobar los métodos terroristas (y no mafiosos, como dice el titular de la noticia) que emplean contra
los sindicatos independientes.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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