sábado, 25 de mayo de 2013

Sospechosa unanimidad

La unanimidad nunca es buena. El que todos cierren filas detrás de algo siempre da qué pensar. El ser humano, por naturaleza (y el español más), tiende a discrepar, a mantener una opinión (lo de las masas borreguiles es otro asunto). Y si hablamos de política, más aún.
Creo que nunca un asunto había concitado tamaña convergencia de opiniones. Ante los requerimientos de la Unión Europea para que el Gobierno de España reforme (de verdad, y no un maquillaje) el mercado laboral, todos –pero todos: Gobierno, PSOE, IU, sindicatos y patronal- han reaccionado contra la posibilidad del contrato único. La ministro de Trabajo, la andaluza Fátima Báñez, ha llegado a afirmar que el contrato único es inconstitucional. Se ve que esta señora (o señorita, no lo sé) ha estudiado Derecho Constitucional en el mismo sitio que los que llaman in/pre/anticonstitucional al escudo del águila de San Juan.
Porque los que sí saben del tema, los juristas, han desmentido a Báñez: el contrato único es constitucional.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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