Es legítima la aspiración de la
izquierda a gobernar, siempre por medios democráticos, por supuesto (hagamos
abstracción de que izquierda y democracia son conceptos frecuentemente
contrapuestos por su propia esencia, sobre todo en España). Lo que ya no
resulta tan legítimo es que autoridades como un juez, o un rector de
universidad (por más que sea hijo de un izquierdista asesino de masas) se hayan unido a
la viuda de un conocido intelectual
de izquierdas y otros personajes para,
en una carta abierta, ofrecerse al PSOE para derrotar a la derecha. Luego dicen que es esa derecha la que vive anclada en
el pasado y en los dogmas ideológicos. Será que a la izquierda, con la caída
del Muro de Berlín, también se le cayeron los palos del sombrajo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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