Han pasado tres décadas y media (o
siete lustros, que se dice pronto) desde que se aprobó la Constitución de 1.978
y el derecho de huelga sigue sin estar regulado, lo que permite que
anacronismos como los llamados piquetes informativos sigan campando a sus anchas.
Anacronismos, sí, porque en el siglo
pasado quizá tenía sentido que se informara a la gente de quienes estaban en
huelga y lo que se pretendía. En la actualidad, con el correo electrónico, el pásalo, el whatsapp y tantas y tantas otras fuentes de información, la labor
de informar ha quedado obsoleta y redundante. Ahora bien, si de lo que se trata
es de intimidar y coaccionar…
Bien, pues parece que el Gobierno ha
decidido por fin elaborar una ley que regule los servicios mínimos. Naturalmente,
los llamados sindicatos más
representativos se han revuelto contra el anuncio. Naturalmente también, el
Gobierno ha dicho que negociará la regulación con sindicatos y patronal. Hay que
joderse, eso es como negociar con los delincuentes el contenido del Código
Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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