lunes, 18 de noviembre de 2013

Partitocracia

España es, de nombre, una democracia. En realidad no es así, porque no hay una verdadera división de poderes. Todo, en realidad, está supeditado a los partidos, con lo que el sistema deviene una partitocracia.
Por otra parte, y a pesar de lo que dispone la Constitución de 1.978, el funcionamiento de los partidos políticos no es democrático. Al igual que el sistema, guardan una apariencia de democracia con procesos más o menos amplios en los que se elige a los líderes. En realidad, son estos líderes los que dirigen el funcionamiento de los partidos.
Como consecuencia de ambas circunstancias, se producen circunstancias tan estrambóticas como que una presunta gripe del líder del principal partido de la oposición haga retrasar la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Gripe que no debía ser tan grave, puesto que poco después andaba reunido con otras personas para tratar algún tema que, a no dudar, sería mucho más importante que la renovación del sedicente órgano de gobierno de los jueces. Y la última frase va sin ironía…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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