Tradicionalmente, son los trabajadores los que, como medio de presión contra la patronal o –como suele ocurrir en España- contra los poderes públicos organizan una huelga (o intentan organizarla, porque en España el poder de convocatoria –el de coacción es otra cosa- de los sindicatos es tendente a cero). Del mismo modo, suele caricaturizarse a los catalanes como los más preocupados por la pela de entre todos los españoles.
Sin embargo, recientemente ha sido el mandamás de IRC, el estrábico (y cada vez más) Oriol Junqueras, el que ha amenazado con parar la economía catalana una semana. Semejante baladronada ha puesto de manifiesto dos cosas, ambas bastante bien sabidas por aquellos que tenemos un poco de inteligencia: que los necionanistas catalanes (los vascos también, pero ese es otro asunto) viven totalmente fuera de la realidad (los empresarios catalanes le han señalado que la economía catalana no puede permitirse parar siquiera un par de horas) y que quien de verdad manda en Cataluña es el estrábico, no el macarra de tupé y mandíbula cuadrada.
Esto último quedó de manifiesto cuando Arturito Menos, preguntado sobre las declaraciones de su socio, respondió que él no era nadie para decirle a Junqueras lo que tenía que decir. Pues no se habrá dado cuenta, pero es nada menos que el Presidente de la Generalidad de Cataluña, la máxima autoridad del Estado en la comunidad autónoma. Es decir, nadie.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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