Primero, la número dos de Pera Navarra (es lo que tiene hablar en un idioma que no es el tuyo, que a lo peor no lo pronuncias bien) felicita el Año Nuevo de un modo soez y chabacano (pero claro, de donde no hay no se puede sacar)... dejando claro de modo implícito que ella es muy laica, porque la Navidad no la felicita. Luego, cuando uno de sus subordinados con medio siglo de servicio manifiesta su opinión sobre el mensajito, va Navarra y le cesa. Y para justificarlo, dice que el escándalo es un tema interno de la casa.
Después de meditarlo cuidadosamente, estoy de acuerdo con el inductor de infracciones de tráfico: queda pero que muy feo manifestar en público que la mano derecha de Pera Navarra es una verdulera.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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