Alguno de mis conocidos defienden que cada cual es libre de actuar como le plazca, siempre y cuando con ello no dañe a los demás. A mí, en cambio, me parece que es exigible algo más, especialmente a aquellos que se precian de ser solidarios, progresistas... de izquierdas, vaya.
Y ahí están lo que yo suelo llamar retroprogres y una amiga burgueses de izquierda, a los que defino como esos que se definen de izquierdas y viven como nos gustaría hacerlo a los que somos de derechas. O sea, que muy proletarios de boquilla y a la que te despistas se lanzan a disfrutar de todos los lujos capitalistas; o se definen como intelectuales, gentes del mundo de la cultura y detractores del imperialismo yanqui, pero pierden el culo por trabajar en Jolibú, y se mean de gusto cuando les dan un Oscar.
Viene esto a cuenta del nacimiento del hijo (o hija, vaya usted a saber) de Javier Bardem (magnífico actor, por lo que dicen, pero humanamente detestable) y Penénole Cruz (mediocre actriz y, en mi opinión, menos atractiva que su hermana Mónica; en honor a las dos hermanas, un amigo mío y yo rebautizamos su localidad natal -la de las hermanas- como Almopendas). Y si tanto abominan de los medios de comunicación... ¿a qué un comunicado?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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