No sigo los Goya. No me interesan. Considero el cine español, en general, basura (y parece que no soy el único). El gremio de los actores me parece un grupo de gente muy pagada de sí misma, encantada de haberse conocido y que, aunque abominan del cine de Hollywood y de lo que representa, pierden el culo por trabajar allí, y no digamos si les dan un premio.
Como he dicho, no sigo los Goya. Pero ayer, mientras andaba trasteando con el portátil, mi padre andaba viendo la gala, y no pude evitar ver la retransmisión, siquiera de reojo. Y un par de cosas que criticar. En primer lugar, al realizador de la retransmisión por Televisión Española: no se puede ir saltando de cámara en cámara cuando se están poniendo los fallecidos desde la última gala; y no se puede, primero, porque si no se enfoca al escenario, el teleespectador no se entera de una mierda; y segundo, porque todo el teatro estaba a oscuras, con lo cual no había nada que ver.
En segundo lugar, una colleja a la seguridad. Los titirizejas serán una panda de desgraciados, pero Jimmy Jump es un mamarracho. Más leches tendrían que haberle dado cuando se lo llevaron.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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