lunes, 9 de abril de 2012

Psicología del octavo pueblo (I) – La Doctrina Mafalda

Cada vez que me encuentro con un asunto de opinión sobre el que no tengo suficiente conocimiento, aplico esta regla de mi invención.
Parte, claro está, de una tira de Mafalda, el personaje del genial Quino. En ella, ante un plato de su odiada sopa, Mafalda viene a decir Si él dijese que es buena… aquí pensarían que es mala y la prohibirían… Y, tras pensar en la tercera viñeta, el personaje explota en la cuarta y se pregunta, a gritos, ¿Por qué Fidel Castro no dice que la sopa es buena?
Pues bien, yo aplico las dos vertientes de esta regla, una especie de versión historietística del qui prodest latino: dado un hecho determinado, no hay como fijarse en quién la apoya o quien la critica para saber si es buena o es mala. Así: ¿los titiriteros (iba a poner titiricejas, pero en aquella época Rodríguez todavía no era apenas) se oponen a la invasión de Irak? Vamos por el buen camino. ¿Que ETA está de acuerdo con la reacción de Rajoy a su alto el fuego indefinido? Marianito ha metido la pata. ¿Los sindicatos se oponen a la reforma laboral, y además les apoyan los partidos de izquierda y el mundo de la Cultura? Esa reforma es lo que necesita España…
De momento, esta regla es infalible: nunca me ha fallado…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

1 comentario:

Janah dijo...

Pienso igual que tú, jajaja...
Es lógica absoluta, en la vida diaria también.
Saludos
Ah se me olvidaba...
¡¡¡VIVA ESPAÑA UNIDA!!!