martes, 3 de abril de 2012

¿Secreto? ¿Qué secreto?

Impacientes porque las cosas no se desarrollan a la velocidad que ellos desearían, los muchachos que sacuden el nogal han comenzado a enviar cartas a dirigentes del Partido Popular de Vascongadas, con el objetivo de presionarles para iniciar conversaciones secretas.
Siempre me han hecho gracia las noticias sobre sedicentes secretos: que si Fulano y Mengano mantuvieron un encuentro secreto, que si Zutana hace un viaje en secreto… Demonios, si se publica, ya no es secreto. Si se anuncian las conversaciones, por mucho que se produzcan en la oscuridad y sin taquígrafos, ya no serán secretas. Quizá sí discretas, pero no secretas: porque todos sabremos –no ya meramente sospecharemos- que se están produciendo. Y todos sabemos también que los terroristas sólo atienden a razones en un tipo de conversación: ésa que se soluciona a tiros contra un interlocutor armado, no indefenso como acostumbran esos cobardes.
Por otra parte, siempre se puede confiar en que los etarras dicen lo que piensan (son demasiado borricos para mentir). Así pues, cuando dicen que el Gobierno de Rajoy nos da largas y ETA debe reaccionar (pero… ¿no era un cese definitivo de la violencia? ¿En qué quedamos, pues?), es porque ya hay una conversación. Y con esa gente sólo hay una respuesta admisible a sus exigencias: negarse y exigirles que se rindan sin contraprestaciones. Y ya hablaremos, dentro de treinta años y un día…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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