martes, 1 de mayo de 2012

Desmemoria, indignidad e injusticia

Ya fue un mal indicio cuando Mariano Rajoy no criticó el sedicente alto el fuego definitivo de los terroristas (una declaración con la misma validez que un euro de corcho), uniéndose al coro de entusiastas ingenuos (eso, por no ser mal pensado). Pareció rectificar en el discurso de investidura, cuando se mantuvo firme frente a los terroristas con asiento en el Congreso de los Diputados. Pero ahora parece ensayar su versión de la vía Nanclares (confieso que desconocía la existencia de tal concepto hasta que saltó la noticia), a pesar de haber quedado demostrado que los terroristas lo único que entienden es el palo de la Ley, y que la zanahoria de la negociación nunca les parecerá suficiente por mucho que se transija.
Y, a pesar de las proclamas gubernamentales de que nada ha cambiado, tanto las asociaciones de víctimas del terrorismo como las voces más insobornables del Partido Popular parecen opinar lo contrario: algo ha cambiado… y no a mejor, precisamente.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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