viernes, 20 de julio de 2012

La deslealtad como una de las bellas artes


La semana pasada mantuve una conversación sobre política. A pesar de que en este blog prácticamente no hablo de otra cosa, en el mundo real apenas toco la política. Si mi interlocutor comparte mis ideas, no ha lugar; y si discrepa, ni yo le voy a convencer a él ni, desde luego él me va a convencer a mí, por lo que lo más probable es que uno o ambos acabemos rebotados.
La cosa comenzó porque él sostenía (digamos que sus ideas son más bien de izquierdas) que a los puestos principales de la política llegan los mejores, siquiera en la opinión de aquellos que tienen que proponerles o elegirles. Yo mencioné a Masturbito como muestra evidente (y más bien repelente) de que eso no es, en absoluto, cierto; y para no ceñirme a un solo lado del espectro político, aduje que en 2.004 nadie habría pensado que Rajoy era la mejor opción entre aquellos con posibles para suceder a Aznar: Rato, Gallardón, Mayor Oreja…
Con Mayor Oreja fue con quien la cosa se torció. Vaya por delante que si hay algún político al que respeto es precisamente Jaime Mayor Oreja. Pues bien, mi interlocutor dijo algo así como que era mejor que estuviera lejos, en Europa, porque (en su opinión; la de mi interlocutor, quiero decir) se había comportado con deslealtad con el Gobierno del PSOE, cuando el PSOE, siendo Mayor Oreja ministro del Interior, se comportó con lealtad. A esto, yo respondí unas cuantas cosas:
  • Si alguien ha actuado con deslealtad ha sido el PSOE, que negando que estuviera en negociaciones tras el atentado de la T-4 de Barajas, siguió negociando. O, como dije yo, el PSOE negoció con muertos encima de la mesa (a esto, el interlocutor respondió bueno, bueno…)
  • Si alguien ha actuado con deslealtad ha sido el PSOE, que estaba violando el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo cuando la tinta aún no se había secado (no empleé esta figura, pero lo hago ahora porque es gráfica y queda bien).
  • Cuando me dijo que todos los gobiernos han negociado con ETA, respondí que con ETA sólo se puede negociar usando el único lenguaje que entienden: el de las pistolas.
Y me marché, para no echar en cara que si alguien ha de callar sobre deslealtad es precisamente el PSOE, cuyo fundador, estrenándose como parlamentario, proclamó aquello de Este partido está en lalegalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera dela legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones. Los hechos han demostrado que el PSOE sigue comulgando con esa idea.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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