miércoles, 23 de enero de 2013

Ya veremos

Por fin se disipó la duda que venía atenazando el mundo del fútbol desde hace cosa de un año, cuando José Guardiola anunció que no seguiría entrenando al Fútbol Club Barcelona. Finalmente, irá al Bayern de Múnich, un equipo con posibles dentro de una liga que, si bien es europea, no es de las consideradas punteras.
Dejando aparte el hecho de que, fiel a su carácter, el personaje miente más que habla (por ejemplo, decía que no quería hablar del tema por respeto a Jupp Heinckes, el todavía entrenador del club muniqués, cuando la cosa estaba atada y bien atada desde hacía tiempo), creo que le será difícil repetir el éxito obtenido con el Barcelona. Quizá se lleve varios campeonatos de liga (no es que sepa demasiado sobre el Bayern pero, por lo que he leído a raíz de la noticia, parace que es uno de los equipos más potentes de la Bundesliga), quizá incluso consiga uno o más dobletes con la Copa de Alemania. Pero está por ver si consigue éxitos en Europa, que se supone que es para lo que le han contratado. Y ello, a pesar de los nombres que suenan como posibles fichajes, de Messi a Neymar (¿un brasileño en Alemania? Mira que me resulta raro…).
Dejando aparte el hecho de que para que Messi llevara al Bayern a las mismas cotas a las que ha llevado al Barcelona, habría que fichar a toda la primera plantilla del club catalán (la prueba: Messi no se come un colín con la selección de Argentina), siempre he sostenido que el éxito de Guardiola no se debe tanto a su (presunto, pues está por confirmar) talento como entrenador como al hecho de haberse encontrado una plantilla de ensueño. La prueba es que su sustituto, un don nadie (sin ánimo de ofender) llamado Vilanova, está pulverizando sus marcas en la primera vuelta de la Liga. O Guardiola no era tan bueno, o todo se debe a la plantilla. Personalmente, pienso que las dos cosas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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