La
izquierda en general y los comunistas en particular gustan de etiquetarse a sí
mismos con aquello que niegan. No por nada, las dictaduras comunistas que en el
mundo han sido, de la soviética a la china, de la coreana a la vietnamita, se
han denominado democracias populares,
cuando no eran nada democráticas y entre las masas oprimidas eran cualquier
cosa menos populares (otra cosa era entre los sedicentes intelectuales de
izquierda de las –estas sí, aunque imperfectas- democracias occidentales, que
perdían –y pierden: ver el caso de Cuba- el culo por ellas… aunque sin acabar
de mudarse a los paraísos de los trabajadores).
A
la que se despistan, los de extrema izquierda actúan igual, ya sea el
movimiento de los indignantes dejando
informar sólo a los medios que ellos consideran veraces, o los comunistas de
Izquierda Unida. Una parlamentaria andaluza de esta coalición ha expulsado
recientemente de una rueda de prensa al representante de un medio de
comunicación. Puro respeto al derecho a la información, oye…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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