En
sus primeras novelas, Grisham tendía a presentar situaciones de David contra
Goliat en las que el bueno, por así
llamarle, acababa venciendo. Posteriormente, este planteamiento evolucionó para
adoptar un enfoque más, llamémoslo así, realista, en los que los poderosos, por
retorcidos que fueran sus medios y sus fines, acababan triunfando.
Esta
última novela suya (al menos, la última publicada en España; de acuerdo con Wikipedia tiene tres más ya publicadas en EE.UU.) se mueve en un estadio intermedio. Por otra parte, mantiene
lo bastante bien el suspense como para que, a menos de cien páginas del final,
uno no tenga claro cómo acabará la cosa para ninguno de los personajes
principales.
Por
otra parte, tiene algo apreciable: pinceladas de humor, especialmente
bienvenidas cuando se tratan temas tan serios como los que suele plantear
Grisham.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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