Ante la tentativa de imponer también en Europa las cuotas de las narices (se ve que la estupidez no conoce fronteras), el sector femenino en la Comisión Europea se ha opuesto. Y no han sido las únicas, porque desde las filas de su propio partido también le han llovido críticas.
Personalmente, estoy en contra de las cuotas de cualquier clase. En mi opinión, el que vale, vale, y el que no… pide cuotas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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