Se podrá estar en contra del Reino
Unido por los actos que perpetra, pero es digno de respeto el hecho de que,
gobierne el partido que gobierne, su política exterior es constante. En el caso
de Gibraltar, es bastante probable que, de haber ahora un primer ministro
laborista en Downing Street, también habría rechazado hablar con España sobre el Peñón, e igualmente que respaldaría la actitud de las autoridades de la
última colonia europea y su afirmación de que toman nota de la grave incursión de la Guardia Civil.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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